Nido de las manos

Patagonia dibujable

Una casa antigua, un paisaje, el lago, la esquina de la Catedral. Todo puede ser registrado por el ojo del croquisero urbano. En Bariloche, sacan punta al lápiz y salen a bocetar.
viernes, 1 de febrero de 2019 · 13:28

Por Cecilia Russo

Se llama Urban Sketchers a los miembros de la comunidad global de dibujantes que fomenta la práctica del dibujo realizado in situ, en observación directa de la vida urbana. Y en estas latitudes, el frío, el viento, la montaña, las construcciones antiguas y las del arquitecto Alejandro Bustillo inspiran a los Croquiseros Urbanos de Bariloche.

Como cuenta Víctor Gallardo, miembro de este grupo barilochense, “lo que hacemos los croquiseros es un trabajo de registro de cosas concretas, de hechos, con distintas técnicas; por ejemplo, hay compañeros del grupo que son buenos acuarelistas”.

Foto: La histórica estación de trenes de Bariloche hecha croquis

Víctor es arquitecto y profesor para la Universidad de Río Negro y allí fue un poco dónde todo se gestó: “Doy una materia que se llama Sistema de Representación; ahí tenemos una parte de dibujo a mano alzada. En esa tendencia, empezamos a organizar salidas de dibujo con algunos alumnos y una de ellas nos contó sobre un grupo que salía a bocetar, pero que era cerrado”. Esa anécdota quedó en la historia, y al final de 2014 “hicimos un curso de Croquis abierto al público en la Universidad”.

“Ahí fue donde nos emocionamos mucho y nos metimos al grupo”, interrumpe Analía Pini, quien lejos de los planos y técnicas arquitectónicas, se dedica a la docencia inicial y también es croquisera.

Foto: Croquera, lápiz, birome, todo vale a la hora de registrar la ciudad

Pasaron cosas muy “croquiseras”

“Una vez, durante el curso, yo no podía asistir y les dejé la tarea de dibujar la Inmaculada” – recuerda Víctor- “fueron todos e hicieron el registro de esa histórica capilla de Bariloche y a los 15 días se incendió. O sea que esos fueron los últimos registros que quedaron de la histórica Inmaculada”.

“Lo mismo pasó con la casita antigua del Hospital y con la casita de troncos del Teleférico Cerro Otto”, agrega Analía, “antes de que se destruyeran, hicimos un registro de croquis. A partir de esto nos proponemos hacer un registro del patrimonio arquitectónico”.

En estas anécdotas, la esencia de los croquiseros urbanos: resguardar lo histórico para siempre, en una hoja, con el trazo y la mirada. 

Foto: “Nos proponemos hacer un registro del patrimonio arquitectónico”.

Bariloche se dibuja así

Víctor señala un cuaderno cuadrado y explica: “Este formato de croquera es la que se encuentra en los negocios. Y de pronto descubro que esa forma no permite captar lo que realmente pasa acá, que los paisajes son muy abiertos”. Se ríe y continúa: “Es muy difícil compactarlos en algo que sea cuadrado y yo propuse usar una croquera más apaisada”.

Una vez por mes, la consigna de los Croquiseros Urbanos es dibujar al aire libre y lo que se elige tiene que ser urbano. “Nos convocamos por un grupo de Whatsapp y por la página de Facebook. La salida es una vez por mes. Y somos un grupo estable de más o menos 20 personas, aunque a veces es difícil coincidir todos porque Bariloche es una ciudad donde todo el mundo viaja”.

Foto: Una tarde, registrando el paisaje que regala Playa Bonita, Bariloche.

La dinámica es juntarse, dibujar, compartir el registro y luego subirlo a la fanpage. “Como saben que hacemos este trabajo, muchas veces nos convocan para exponer, como en la Biblioteca Sarmiento o para el 80° Aniversario del Hospital Zonal Dr. Ramón Carillo”, puntualiza Analía.

Resumir para contar todo

Por definición, el croquis es un dibujo que no tiene detalles, es un esbozo, pero lo que este grupo se propone registrar conlleva muchos detalles. Y allí, según cuentan, reside la magia del croquisero. “El proceso del croquis va de lo general a lo particular – como si fuera una de sus clases, sigue Víctor – y a partir de plantear voy a empezar acá y terminar en este punto, se comienza la construcción. Y ahí se agregan los detalles”. De esta manera se empieza un croquis.

Foto: La consigna es dibujar al aire libre y lo que se elige tiene que ser urbano.

“Todo es práctica. Al principio, cuando fuimos a dibujar la Catedral, no me entraba en la hoja”, ríe y recuerda Analía. “Depende de la capacidad de cada uno si quiere dibujar un detalle o todo. Cuando hicimos el Hospital, los que saben más y se animaron, se alejaron y dibujaron la parte vieja más la construcción que están haciendo. Otros eligen hacer detalles”.

Puertas abiertas

Foto: Parte de los “Croquiseros Urbanos de Bariloche”

Sin conocimientos de dibujo, ni límites de edades, todos pueden ser parte de los Croquiseros Urbanos de Bariloche. O tomar la bandera y armar un grupo en sus propias ciudades. Siempre hay tiempo y buenas excusas para registrar nuestro patrimonio arquitectónico.  

Este grupo de creativos nos demuestra que Bariloche, sus alrededores y toda la Patagonia es muy dibujable.

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