Nido Antihéroe y Antiprincesa

Juan y Pam, los traviajeros de la Patagonia

Desde El Bolsón los traviajeros nos muestran cómo es esta nueva modalidad de vivir y de viajar que está copando de aventureros el mundo. Juntos, llevan 10 meses traviajando. Y así, en su mundito de 7 m2, unirán los Polos de la Tierra.
viernes, 9 de agosto de 2019 · 00:15
Por Mime Mascaró

Traviajar es una genialidad.  Modo de vida y modalidad de viaje. Tan sencillo y glorioso como eso. “El traviajar es ir trabajando a medida que vas viajando. Nosotros desde que salimos estamos en esa modalidad. La elegimos para tener contacto con la gente. La gente te quiere ayudar mucho en el viaje. Vendemos artesanías, cuadros de hilorama, objetos sublimados, billeteras ecológicas, postales, (fotos nuestras del viaje que vamos imprimiendo a medida que vamos avanzando) damos clases y talleres. ¿Cómo hacen con el dinero, cómo se solventan el viaje? traviajando.” nos cuenta Pam, la travijante.

 

"Respira el momento", es el nombre de su cuenta de Instagram. También su mantra y manifiesto.

 

Gira de miel de combinautas traviajeros

Los recién casados Juan y Pam están de “gira de miel” (Pam dixit) desde hace 10 meses. 

"Dame la mano / Y vamos a darle la vuelta al mundo / Darle la vuelta al mundo "  Calle 13.

 

En su Volkswagen combi ´81 brasilera viajan a 65km/h (en subida y en ripio, 20-30 km/, “A esa velocidad podemos descubrir colores en el paisaje que de otra forma es imposible) nos cuenta Juan -Chon para los amigos-.

“Mi compañera cantando cumbia, cuando me toca manejar de noche, para que no me quede dormido. Eso no lo cambio por nada”, me responde Chon a mi pregunta sobre cuál era su momento favorito en esta travesía de 10 meses. “Mi lugar de copilota”, responde ella, a mi intriga sobre su lugar en el mundo, en este mundo de 7 m2 que habita y la transporta.

 

Ella ama ser copilota. Él ama que su copilota le cante cumbia de noche.

 

No sólo los próceres. También  antihéroes y  antiprincesas cruzan los Andes.

 

"Mirame a los ojos".

 

Un trayecto que comenzó en Buenos Aires y que llegaría hasta Ushuaia, y desde allí, volvería a comenzar destino Alaska, “Nuestro sueño es unir los dos Polos” nos cuenta Juan, traviajero, profesor de percusión e improvisado mecánico. “El viaje despertó su interés por la jardinería, también como leñador y como mecánico” cuenta tierna y orgullosa Pam. Que a ella el viaje la transformó en artista y en cocinera nos agrega Juan; en un dulce intento por devolver cumplidos.

 

Amor en el frio del Fuego. En la foto, Toby, su amada mascota por muchos años. 

 

"Toby vino a dejarnos una gran enseñanza y haberse ido en el lugar donde estaríamos un tiempo frenados, fue justamente para procesar su partida. Será parte de nosotros para toda la vida y nos guiará siempre por el mejor camino para estar viviendo los mejores momentos." Pam.

 

Disculpe las molestias, estamos traviajando

Juan y Pam no son los únicos. En la actualidad, cada vez son más los traviajeros en el mundo. El cóctel de variables de los por qué es variopinto: un mundo cada vez más invivible, un mundo cada vez más caro, un mundo cada vez más conectado; y sobre este punto nos detendremos. La comunidad de traviajantes cuenta en el presente con diversas apps, plataformas y pactos de conducta que facilitan su existencia, y aún más, su proliferación. Plataformas como worldpackers ( espacio on line que propone viajar intercambiando habilidades por alojamiento), el couchsurfing (Couch: sofá. Surfing: buscando o surfeando. O sea: «buscando un sofá» o «surfeando un sofá». No hay dinero de por medio, es totalmente gratuito, el espíritu es el de ayudar al viajero y facilitarle un lugar donde pasar la noche. Un sistema para alojarse gratis en cualquier parte del mundo en el que la finalidad es el intercambio cultural),  apps como ioverland que ofrecen consejos y recomendaciones sobre los lugares públicos más hermosos y seguros donde estacionar la combi para dormir; y finalmente la cultura cada vez más naturalizada de los nómades digitales; hacen posible la utopia de traviajar. 

 

Feria de traviajeros en Puerto Madryn.

 

Todos estamos a una combi de ser traviajeros.

 

“Con todos los viajeros con los que nos hemos cruzado, la mayoría están traviajando. Es la mejor manera de conectar con la gente, y también ganar dinero y poder avanzar. En Argentina, ¡Cuantos traviajeros! ¡Un montón! En la redes sociales, wow, muchísimos más. Cuando nos hacen la pregunta de cómo y de qué vivimos, las respuesta es: de esto, vamos traviajando.” nos cuenta Pam.

 

¿Tres tristes tigres? No. Tres traviajeros.

 

Fin de año en el Fin del mundo.

 

De tramos y tramas 

Ellos son encantadores. Él, un largo, parsimonioso y percusionista. Ella, una sonriente pecosa con la altura exacta para encallar su cabeza en la curva de su cuello en cada noche y en cada foto. 

 

Tu cabeza en mi cuello.

 

Su historia de amor es una historia de amor. Juan, profesor, Pam, alumna; y juntos se convirtieron en combinautas y traviajeros. Pronto, los veremos llegar al otro Fin del mundo, al del Norte, y estaremos contando la historia de los traviajantes que unieron el mundo.

 

 

 

 

 

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