El líder del grupo Wagner, Yevgeny Prigozhin, y el ministro de Defensa de Rusia, Serguéi Shoigú, protagonizan la más reciente fractura interna en la cúpula del equipo que coordina las operaciones del Kremlin en Ucrania. El oligarca cercano a Putin acusó al jefe de la cartera de Defensa como responsable de la escasez de municiones que aqueja a las tropas desplegadas en territorio ucraniano. Las tensiones entre el ministro Shoigú, el Estado Mayor ruso - que encabeza Valeri Gerásimov - y Prigozhin han ido incrementándose con el correr de los meses.
El dueño del grupo Wagner declaró que los miembros del gabinete de Putin no están entregando municiones y artillería a sus mercenarios, principalmente reclutados de las cárceles rusas. Se estima que la compañía militar privada reclutó a al menos 50.000 presos que recibirán un indulto si sobreviven más de seis meses en el frente. La contraofensiva y resistencia de las tropas ucranianas ha resultado en la muerte de aproximadamente 40.000 de estos mercenarios.
Prigozhin se ha aliado a Ramzán Kadírov, el presidente checheno, para alzar la voz contra los altos mandos castrenses de manera conjunta. A su vez, ambos impulsaron y consiguieron el nombramiento de Serguéi Surovikin como jefe de las Fuerzas Armadas rusas en la campaña en Ucrania. No obstante, en enero pasado Surovikin fue desplazado y reemplazado por el propio jefe del Estado Mayor, Gerásimov.
Mientras el Kremlin intenta controlar la agenda pública y la cobertura mediática de la guerra, los intereses de Prigozhin y su voluntad de visibilizar las diferencias internas amenazan con desestabilizar al Gobierno. De hecho, él mismo difundió una imagen en la que se ven decenas de supuestos miembros del grupo Wagner fallecidos. Junto a la fotografía, Prigozhin publicó un mensaje acusando explícitamente a Gerásimov y Shoigú por la falta de municiones y la muerte de sus mercenarios.