Un grupo disidente de las FARC asesinó a cuatro niños de la comunidad indígena Murui en la Amazonia colombiana. Los niños habían sido reclutados por los rebeldes. Las FARC firmaron un acuerdo con el por entonces gobierno del presidente Santos, mediante el cual se desmantelaron y pasaron a formar parte de la vida institucional del país.
Según la Defensoría, los niños fueron ejecutados luego de haber desertado del Frente Carolina Ramírez, una de las facciones disidentes de las FARC que se adhirió a un cese al fuego bilateral planteado por el Gobierno el 1 de enero.
"Reclutar y asesinar niños, niñas y adolescentes de comunidades indígenas no son precisamente gestos de buena voluntad para alcanzar la paz. Además de ser evidentes violaciones al Derecho Internacional Humanitario (DIH)", reclamó la Defensoría.
El presidente colombiano, Gustavo Petro, calificó el múltiple asesinato como "un crimen atroz, una bofetada a la paz" y anticipó "medidas frente a estos hechos". El gobierno se encuentra impulsando un nuevo proceso de paz para que estos grupos rebeldes cesen su accionar.