El primer ministro israelí Benjamin Netanyahu echó por tierra la esperanza de los líderes occidentales que le reclamaban que evitara tomar la ciudad de Rafah. Por el contrario, dejó en claro que no no hay posibilidad de ganar la guerra si no se toma la ciudad, en el sur de Gaza.
El dirigente también afirmó que el ejército entrará en Rafah aunque se logre un acuerdo con el movimiento islamista para liberar los rehenes capturados el 7 de octubre en Israel. "Aunque lo logremos, entraremos en Rafah", subrayó en una rueda de prensa retransmitida por televisión.
"Los requisitos de Hamás son delirantes", dijo el líder israelí sobre las condiciones para liberar los rehenes. "No podemos aceptar eso", continuó. "Cuando Hamás deje estas exigencias delirantes podremos avanzar", sentenció.
Netanyahu está sometido a presiones internacionales para frenar una ofensiva contra esa ciudad del sur de Gaza que acogió a más de un millón de palestinos desplazados por el conflicto.