Grupos de WahtssApp, cámaras en todo el perímetro, códigos entre vecinos. La inseguridad creció a tal nivel que cualquier cosa puede ser válida para sentirse al menos un poco resguardado. Sin embargo, y pese a todas las medidas que se implementan, el resultado no es el esperado. Y no es sólo una sensación, porque a plena luz del día y a punta de pistola los delincuentes son capaces de todo: hasta de bajar a alguien de un auto, huir y dejar el vehículo abandonado a varias cuadras, sin importarles absolutamente nada.
Las estadísticas policiales en Cipolletti indican que, durante el mes de abril, se denunció -al menos- un robo por día en los distintos sectores de la ciudad. Sobre todo en los barrios. A estos, hay que sumarles los que no se denuncian. Y desde hace un tiempo el robo de autos se repite: el alto costo de los autopartes y de las cubiertas hace que sean atractivos para los delincuentes.
Con estos antecedentes, no llama la atención lo que le pasó a un vecino del barrio Mercantiles. A punta de pistola, fue bajado de su auto y desde la vereda vio como los ladrones se llevaban su vehículo sin que nada ni nadie pudiera detenerlos. El hecho sucedió poco después del mediodía en las calles El Salvador y Lago Hees, en un sector de la ciudad que hasta hace un tiempo era tranquilo.
Arturo llegó en su Volkswagen Fox Corss y de repente fue abordado por dos delincuentes. Sin mucho por hacer, optó por dejar las llaves del auto puestas y bajar sin resistirse. El frío caño de un revolver lo convenció rápidamente. El dueño intentó resguardarse, dejar que los ladrones se vayan lo antes posible y no poner en riesgo su integridad física. También evitó que ingresen a su vivienda y el daño sea mucho peor.
Apenas los ladrones pusieron primera y aceleraron, comenzó a pedir auxilio y varios de los vecinos salieron rápidamente. Algunos alcanzaron a tirarles algunas piedras al vehículo; sin embargo, ni la rotura de la ventanilla trasera impidió que se fueran del lugar a toda velocidad.
A los pocos minutos, llegó un patrullero de la Comisaría 24° que solicitó refuerzos. En un primer momento, se pensó que podían ser delincuentes neuquinos y por eso se montó un operativo cerrojo para que el auto no pudiera salir de la ciudad. Luego, se comenzó con una recorrida por distintos sectores, hasta que -minutos más tarde- el vehículo fue encontrado abandonado en las 200 viviendas, a pocas cuadras de donde fue robado.
Los ladrones tuvieron tiempo para revisarlo por completo y sacaron todo lo que consideraron de valor. Además, se llevaron las llaves y la documentación.
El personal de criminalística trabaja en el lugar con la intención de levantar rastros de adentro del auto, como alguna huella o pisada que permita identificar a los delincuentes. También, la Brigada de Investigaciones realiza averiguaciones y revisa las cámaras del sistema de monitoreo. En este caso en particular, creen tener sospechas sobre algunos pibes del barrio que causan temor en los monoblocks.