La siempre peligrosa ruta Nacional 151 mostró un nueva faceta. En el sector en que "mejor estado" se encuentra el asfalto, en la rotonda del tercer puente en Cipolletti, un camionero realizó una mala maniobra y volcó la totalidad de la carga del acoplado. Afortunadamente no hubo heridos, aunque las pérdidas son totales ya que los automovilistas que pasaron por el lugar se llevaron rápidamente las peras recién cosechadas.
El hecho sucedió poco después del mediodía, en la rotonda que conduce hacia el tercer puente. Al lugar llegó un camión Ford Cargo que circulaba en sentido oeste-este por la ruta 151, desde Cinco Saltos a Cipolletti. Extrañamente, por la cantidad de autos que circulan habitualmente por allí, en la maniobra no intervino ningún otro vehículo.
Todo lo sucedido quedó grabado en las cámaras que tiene el municipio de Cipolletti en los distintos accesos a la ciudad. En el video se puede ver con claridad cómo el camión Ford Cargo ingresó con a una velocidad bastante superior a la que transitan otros vehículos de gran porte por la rotonda.
Apenas comenzó a doblar, el chofer prefirió mantener un radio bastante cerrado por el sector interno de la rotonda, pero el acoplado no pudo acompañar esa maniobra. Los bines llenos de peras que transportaba comenzaron a inclinarse, hasta que el ángulo fue más cerrado del que podía mantener las ruedas apoyadas y volcó.
En pleno sector donde confluyen el tránsito que llega desde Cinco Saltos y los que cruzan desde Neuquén hacia Cipolletti, quedaron los 42 bines de la empresa Cervi tumbados, con casi 400 kilos de fruta cada uno. Inmediatamente se produjo un caos vehicular, porque una de las manos quedó absolutamente bloqueada.
La Policía debió montar un operativo para agilizar el tránsito. Porque además de los bines sobre el asfalto, mucha gente aprovechó la espera para bajar de los autos y utilizar cualquier tipo de recipiente para cargar peras. Esta situación se pudo ver desde las cámaras de seguridad del municipio, en las que quedó claro como personas de diversas edades comenzaron a revolver entre la fruta desparramada para llevarse gratis las "menos golpeadas".