Desde hace más de seis meses la Justicia Federal de Neuquén buscaba al paraguayo Alexis Torales Portillo, quien finalmente fue detenido por la policía del país guaraní gracias a un pedido de extradición. El hombre, de 26 años, había escapado luego de que le incautaran la suma de 37,86 kilogramos de cocaína en octubre de 2024.
Desde aquel entonces se encontraba prófugo, hasta que la División de Inteligencia y Contrainteligencia Regional Canindeyú, detuvo al hombre por actitudes sospechosas en la ciudad de Curuguaty. Aparentemente, el narco seguía haciendo de las suyas en Paraguay donde fue encontrado gracias a la inteligencia realizada en una triangulación de la Justicia Federal de Neuquén y las fuerzas de seguridad de ambos países.
La causa por la cual había quedado demorado en aquella oportunidad respondía al cargamento más grande de esta droga en la historia de la Provincia. La llevaba en su auto, dividida en 30 ladrillos de 1,2 kilos cada uno cuando fue descubierto por oficiales neuquinos.
En su momento había sido apuntado por el Juzgado Federal de Neuquén (entidad encargada de llevar a cargo el operativo de búsqueda) como uno de los narcos más pesados de toda la provincia y encargado de ingresar kilos y kilos de cocaína a la región de Alto Valle en Río Negro y Neuquén (se estima que 50 kg por mes).
Vaca Muerta, Plottier, Centenario, Chos Malal, Añelo y Cutral Co eran alguno de los lugares donde operaba el paraguayo, que había ganado nombre y peso en la región.
Fue justamente en un apriete a un revendedor (y no justamente de Avón) que el hombre fue intervenido por las autoridades policiales en lo que daría lugar a un escándalo en Neuquén: aunque era visiblemente evidente que el auto incautado tras la persecución contenía droga, Portillo se vio beneficiado por el Código Penal de Neuquén que establece que una persona puede estar hasta 24 horas sin que le formulen cargos.
Cumplido ese tiempo, queda automáticamente en libertad. Gracias a-o culpa de- los tiempos de la Justicia y la demora en autorizar la requisa al vehículo que escondía la droga en un falso fondo, el hombre tuvo el tiempo suficiente para escapar (se presume que por Chile) y desde entonces, como un fantasma, se esfumó por la Cordillera de los Andes.
No había sido vuelto a ver, hasta que...¡PUM! Sorpresa. Casi seis meses después y a miles de kilómetros, volvió a aparecer el narco paraguayo, que durante años envenenó a pibes neuquinos con la droga traída desde su país.
Gracias al pedido de extradición radicado en Neuquén, la Policía guaraní dejó demorado al narco y le dio aviso a la Interpol que ejecutó el protocolo de búsqueda y aviso radicado. Se espera que sea juzgado durante los próximos días y quede preso bajo la figura de prisión efectiva con una condena que podría ir desde los 4 a los 15 años.