Veinte neuquinos, de los casi dos mil argentinos que se fueron con todas sus ilusiones a trabajar al centro de esquí Grandvalira y quedaron desamparados varios meses, lograron regresar hoy al país.
En un vuelo de Air France llegaron a Ezeiza, y luego de varias horas pudieron emprender el retorno a casa en un micro que los depositará en sus lugares a medida que avancen en el camino.
El grupo de 354 trabajadores tenía previsto el regreso el 3 de abril en un vuelo de la aerolínea francesa que llegó vacío al país. La cancillería argentina les había autorizado el viaje, organizado y pagado por el gobierno andorrano y el centro de esquí. Cuando estaba todo listo para el traslado por tierra hasta Francia, llegó la contraorden del gobierno argentino, y el retorno se frustró.
Con el correr de los días la situación de cada uno de ellos empeoró: se quedaron sin trabajo, muchos sin un lugar donde vivir, otros sin dinero, sin cobertura social. Vivieron este tiempo de la solidaridad de ese pueblo.
Alertados de una nueva posibilidad, decidieron en conjunto quienes estaban en situación más vulnerable que el resto, y así conformaron los listados. Veinte llegaron hoy, otros tres saldrían mañana desde Madrid, y otros desde Barcelona. El grupo más importante en cantidad, que tenían listo el equipaje el 3 de abril, deberán esperar al menos todo este mes para volver a pisar suelo patrio.
Una temporada de invierno que quedará en el recuerdo , no sólo de estos protagonistas, sino de sus familias que no se cansaron de golpear puertas para obtener alguna respuesta. Tarea ardua si las hubo. Muchos funcionarios sordos y mudos, pero finalmente el calvario comenzó a desandar el camino.