Todo iba bien, había encontrado la casa ideal, ya estaba en conversaciones con el dueño y solo faltaban los últimos trámites para que le aprobaran el crédito hipotecario. Era su primer paso como propietario después de años de alquilar. Pero algo salió mal, al revisar su historial crediticio, figuraba como deudor moroso. Nunca lo supo, nunca se lo informaron y tampoco era cierto.
El hombre, que hoy vive en Bariloche, había sacado un préstamo personal años atrás cuando vivía en la Ciudad de Buenos Aires. Al mudarse, avisó su nuevo domicilio y siguió pagando las cuotas con depósitos que hacía cada mes a una cuenta del propio banco. Tenía todos los comprobantes, sin embargo, en algún momento la entidad financiera, el Banco Santander Río, dejó de registrar esos pagos, consideró que la deuda no se había saldado y la vendió a otra empresa. Nunca se lo comunicaron.
Cuando quiso sacar el crédito hipotecario para comprar su casa, lo rechazaron. En el sistema aparecía como “deudor irrecuperable”, una categoría que cierra por completo el acceso a cualquier tipo de financiamiento. Fue recién entonces que se enteró de todo: que su deuda supuestamente seguía vigente, que sus depósitos no habían sido tomados en cuenta y que, por ese motivo, no podía avanzar con la compra y la casa fue vendida a otra persona.
En el juicio, el propio dueño de la vivienda confirmó que el acuerdo estaba hecho y que incluso pensaba ayudarlo con una parte del saldo. Pero la operación se cayó cuando no le aprobaron el crédito.
La Justicia le dio la razón al comprador y responsabilizó al banco. Señaló que nunca se le avisó sobre los cambios en el manejo de la deuda ni se lo informó sobre la situación real de su cuenta. Además, dejó en claro que el cliente no tuvo forma de defenderse ni de corregir la situación porque nunca supo que algo andaba mal.
El fallo ordenó que se lo indemnice por todo lo que perdió: la casa que ya casi era suya, el daño a su reputación por aparecer como moroso, el dinero que pagó sin que se lo reconocieran y el incumplimiento del banco a las normas que protegen a los consumidores.