Nido Fiu Fiu

La historia del símbolo feminista que se ve hasta en la ropa

El empoderamiento femenino llegó hasta el placard. Parece que no, pero sí, el vestuario también es parte del cambio.
viernes, 8 de marzo de 2019 · 10:23

Por María Elena Baggio, periodista de moda. 

La moda siempre ha ocupado un lugar importante en los cambios sociales y, sobre todo, en los que respecta a la mujer. Recordemos sino las repercusiones que trajo hace un siglo que la mujer comenzara a vestir pantalones, qué pasaba décadas atrás cuando surgió el destape del cuerpo femenino con el uso de la bikini, la osadía de mostrar las piernas con la minifalda, o no hace mucho, qué significación otorga que la mujer se calce un traje smoking, prenda íntimamente relacionada al status y poder masculino.

La industria de la moda acompañó protestas silenciosamente, otras veces fue la voz de las que no tenían voz, pero sí presencia. Fue y es parte de la lucha feminista desde siempre.

Foto: La ropa como declaración de principios.

Algunos dirán que el negocio predomina, el marketineo saca provecho y el fast fashion hace “clin-caja”. Pueden tener razón, pero lo cierto es que la ropa nos representa, se vuelve una declaración de principios, y qué mejor que estos tiempos los veamos reflejados también en nuestro guardarropa.

Vestimos con intención, con alegría, de luto, con militancia, nos uniformamos, hacemos causa común y, hoy por hoy, llevamos en el corazón el sexo femenino. Con una simple camiseta estamos hablando de lo que nos pasa, y eso no es coincidencia. Como tampoco lo es el símbolo feminista que se replica por doquier.

Foto: Hace tiempo que marcas de primera como Reebok Classic, arman colecciones con marcado perfil feminista. En este caso, Reebok Classic se asoció con la diseñadora Melody Ehsani para realizar esta colección que celebra la solidaridad entre mujeres.

PE-PA-PI

Hay un dibujito rosa y femenino que se volvió lo más visto en los últimos años. Se lleva en el PEcho, en los PAñuelos y en PInes. También en banderas, murales, logos  y todo lo que se nos ocurra. Sí, también en tatoos. No es Peppa, la cerdita protagonista de Discovery Kids (por fin los varones empezaron a querer juguetes rosa!) aunque ese tema da para otro análisis. Es la imagen del puño en alto dentro del símbolo del sexo femenino el que se estampa en todo tipo de superficies como una cachetada, para que nos despabilemos de tantísimos abusos a los que las mujeres les decimos basta. El color ya no es un tema, los hay rosa, blanco, negro, verde y violeta, este último es el más difundido por ser la síntesis de la mezcla entre el rosa-nena y el azul-varón.

Foto: Imagen del puño en alto dentro del símbolo del sexo femenino.

La lucha por la reivindicación de los derechos de la mujer ha adoptado esta iconografía como un símbolo insignia de resistencia y solidaridad femenina. Hoy, también hay que agregarle el verbo sororidad, ese que significa que una mujer experimente empatía y hermandad por otra, para juntas cambiar la realidad.

Pero volvamos al dibujo en cuestión. La historia explica que el gesto del puño en alto tomó notoriedad en los Juegos Olímpicos de 1968. Allí los atletas Tommie Smith y John Carlos saludaron desde el podio con el puño apretado en señal de protesta al trato que la población negra recibía en Estados Unidos. De ahí en adelante, el ademán, luego bajado a papel, cosechó grandes historias en la lucha política. Sin ir más lejos terminó de convertirse en el símbolo de la resistencia tanto individual como colectiva cuando Nelson Mandela lo alzó luego de haber sido liberado de prisión en 1989.  Desde entonces, los años lo convirtieron en el saludo por los Derechos Humanos y las causas justas.

Foto: el símbolo de la lucha feminista, se aplica a todo.

Más sexo, menos sexismo

El hecho que la mano cerrada se dibuje en el símbolo del sexo femenino resume la pelea por la igualdad, da cuenta del poder femenino que asoma, y refleja la fuerza colectiva de todas quienes queremos un mundo más justo, más libre, más humano y menos hostil.

Foto: Camiseta feminista de Christian Dior por Maria Grazia Chiuri.

Esos simples trazos se imprimen en todo el mundo, y nuestras calles neuquinas también lo ven ir y venir. Muchas veces incluyen frases en diferentes idiomas, pero todas refuerzan el mismo mensaje.

El empoderamiento femenino llegó para quedarse. La lucha femenina late fuerte en el pecho. ¿Será por eso que las marcas de ropa no paran de hacer remeras alusivas? Si es así: deme dos.

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