En un partido vibrante, propio de una final con dos de los mejores seleccionados del mundo, Argentina derrotó a Brasil por 1 a 0 y se consagró Campeón de la Copa America. De esta manera el seleccionado nacional cortó un serie de frustraciones, después de finales perdidas, entre ellas la Copa del Mundo en este mismo Maracaná que hoy lo vio consagrarse.
El inicio resultó casi un juego de espejos. Con los dos equipos presionando bien arriba, dentro del área contrario, buscando bloquear los posibles receptores. Una vez con el balón, la Albiceleste buscó asegurar el balón, hacerlo correr inclusive intentando el desequilibrio, en pos de ganar confianza.
El inicio resultó intenso, con faltas al límite de ambos lados, propia de una final sudamericana. Ninguno de los dos habían generado riesgo, hasta que a los 21 minutos De Paul soltó la pierna con un pase milimétrico al espacio que atacó Di María sobre la derecha. Y Fideo dibujó un globo excelso por encima de Ederson para abrir el marcador. Calidad y exquisitez de Angelito
El gol le marcó el camino a Argentina: a espaldas de Renán Lodi, Di María encontró territorio firme para lastimar, tal vez el único resquicio con continuidad que ofreció el primer tiempo. A los 32′, una réplica furiosa que inició en De Paul derivó en Messi, quien aceleró, gambeteó y remató de zurda: su intento se marchó apenas ancho. Minutos más tarde una infracción de Paredes le dio a Neymar la posibilidad de la pelota parada, pero su tiro impactó en la barrera. El combinado nacional ajustó nuevamente las marcas y se fue al descanso con una grata sensación.
El técnico brasilero jugó fuerte en el entretiempo: hizo ingresar a Roberto Firmino, atacante, por Fred. Eso denunció un cambio de postura, más agresiva, por parte del local. Y empezaron a llegar las situaciones para el dueño de casa. Primero, con el gol anulado por offside a Richarlison. Luego, con el tapadón de Dibu Martínez, también al punta del Everton de Inglaterra. Con mayor movilidad y Neymar en posición de enganche, de frente a la jugada, hizo más daño.
En consecuencia, la Selección buscó recuperar la vertical. Scaloni apostó por Guido Rodríguez, un 5 más posicional, por Paredes. Luego, le dio pista a Nicolás Tagliafico por el amonestado Lo Celso, pasando Acuña a la línea de volantes.
Con las modificaciones, Argentina se reacomodó. Incluso rescató varios balones con la presión alta, algo que había perdido en la primera porción del complemento. También sufrió grietas por la ansiedad y el apuro sobre el final. Dos veces Gabigol inquietó, con un remate que desvió Pezzella y con otro que rechazó Dibu Martínez.
Argentina pudo definirlo antes. En la contra hilvanada con paciencia y toque que Messi, a tres minutos del epílogo, no logró definir. O ya en el descuento, cuando De Paul quedó mano a mano y ganó Ederson la puja.
Pero la Selección jugó la final como lo pedía el partido. Y al fin alzó el trofeo. Como lo había hecho por última vez en 1993, en Ecuador. El combinado nacional terminó siendo el equipo más firme y hoy lo demostró con autoridad..