La semana post triunfo electoral fue intensa para el vencedor y su ex socia política. Pero no por la euforia del triunfo, sino por el magro resultado electoral que no coincide con los sondeos previos. Y en este caso, la culpa no es de los encuestadores que una vez más se equivocaron en los cálculos, sino que todas las miradas apuntan a Arabela Carreras. Entonces, la reacción no tardó en llegar por parte del cipoleño al que se lo nota enojado, con bronca y dispuesto a que la mandataria sufra los meses que le quedan en el gobierno.
Los días posteriores al tenso festejo en el Círculo Italiano de Cipolletti no fueron tranquilos para el primer rionegrino en llegar a ser tres veces gobernador. Su agenda se multiplicó de compromisos, pero seleccionó a cuáles atender. En la provincia fueron escasas las notas que brindó, mientras que a nivel nacional arrancó una gira para complacer a todos los que querían sacarse una foto con él y también con Rolando Figueroa, a quien llevó de tour.
El alejamiento de los medios en Río Negro no fue casual. Está enojado. "Caliente", dicen algunos de sus colaboradores íntimos. La espera de los resultados en las oficinas del EPRE fue cargada de tensión. Los números que llegaban no eran ni por asomo los pretendidos y los que calculaban. La diferencia fue de 18,2% (63.440 votos) y su performance sumada la colectora kirchnerista de La Campora, fue de 42,1%, más de 10 puntos por debajo de las proyecciones de las semanas previas.
La bronca es con Carreras. La falta de diálogo, la nula participación en la campaña y la intención de la mandataria por ser intendenta de Bariloche, la llevó a jugar en contra del cipoleño. Los conflictos con la Policía y con los docentes le restaron una buena cantidad de votos. Y ahora llegó el momento del vuelto. Weretilneck estuvo en Viedma el lunes, desayunó con su compañero de fórmula Pedro Pesatti y diagramó algunas cuestiones con su alfil Facundo López. Ninguneó a la gobernadora, que tampoco lo llamó.
No solo se justificó al delegar esa función en López, sino que también fue claro al asegurar que "no habrá transición" y que su gobierno comenzará el 10 de diciembre. El mensaje es claro, hasta que él asuma todo lo que pase en el gobierno es responsabilidad exclusiva de Carreras, que además de ceder a los reclamos salariales, deberá enfrentar un complejo panorama en septiembre, cuando deba cumplir con el pago de 10,5 millones de dólares del Plan Castello, una cifra inmensa para las complejas arcas rionegrinas. Mientras, Weretilneck comenzó a trazar los enlaces para lograr una renegociación para los compromisos del año que viene.
Al cipoleño le preocupan los números. Sabe que el Plan Castello que él pensó, es imposible de pagar en los términos planteados y menos con la actual situación económica del país. Entonces mira a Vaca Muerta con mucha esperanza. Las apariciones con Rolo no son casuales, desde el círculo chico de ambos mandatarios electos reconocen que estuvieron trabajando juntos desde hace tiempo. A Figueroa lo seduce saber cómo el cipoleño construyó poder desde la nada cuando asumió en 2011 con un gobierno heredado. Al rionegrino la posibilidad de erigirse como el vocero de la fuente de recursos económicos más importante del país. Además de los negocios cercanos al fracking que lo ligan en lo personal.
De entrada, tanto Weretilneck como Figueroa mantienen un mismo discurso en cuanto a los acuerdos políticos que le permitieron legar a ser electos. Los dos plantean ese modelo para salvar la grieta nacional. Y parecen plantarse para defender los tantas veces postergados derechos de los patagónicos. Ya no sólo con la actividad hidrocarburifera y el anunciado proyecto de fideicomiso para el desarrollo de las ciudades intermedias, sino también en la generación hidroeléctrica. Van por una parte mucho más grande en las concesiones de las presas del Limay. No hay dudas que todo pasa por el ingreso de divisas y ambas provincias producen el 25% de la energía del país.
El gobernador electo también tuvo expresiones llamativas con respecto a la familia Soria, sus principales adversarios y no sólo políticos. Se conoció que desde el municipio de Roca se solicitaron informes que permitieron luego el hackeo del celular del ex ministro de seguridad porteño, Marcelo D'Alessandro. Utilizó la red del pajarito para cuestionarlos y pedir explicaciones sobre los alcences de las maniobras de inteligencia: "Queremos saber si el Municipio de General Roca utiliza fondos públicos para espiar a integrantes de otro espacio político. Si es una práctica habitual y si lo hacen con nosotros también". Y no conforme con eso involucró a su escolta en las elecciones del domingo: "¿Desde el @proargentina avalan estas prácticas de la familia socia de Aníbal Tortoriello?".
Este tipo de publicaciones no son habituales en Weretilneck, una figura que se caracteriza por esperar el momento, mostrarse abierto al diálogo y cobrar las facturas pendientes con otros métodos. Seguramente estas reacciones sean fruto de la bronca generada por el resultado electoral y en pocos días vuelva a la calma. Mientras ya quedó claro que los ocho meses que restan para su asunción serán muy complicados para Carreras, quien no cuenta con poder real y sus aspiraciones a la candidatura en Bariloche quedaron limitadas a la apertura que tengan los personajes del oficialismo que manejan la política en esa ciudad, y que casualmente, todos tienen línea abierta con el cipoleño.