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El mundo que se viene con Trump

China es la principal preocupación de Trump y de su equipo de política exterior. Tambien se vienen cambios en la relación con Europa por la guerra en Ucrania
Lunes, 18 de noviembre de 2024 a las 12:58

A medida que se van conociendo los nombres de quienes lo acompañarán en su segundo gobierno para gestionar la política internacional, se ratifica lo que piensa hacer Donald Trump con el mundo. Marco Rubio, como próximo secretario de Estado, y Mike Waltz, como asesor de Seguridad Nacional, tendrán que aplicar, sin matices, las ideas que el presidente electo tiene en su cabeza para moldear el mundo a su gusto.

Por un lado, China aparece como la preocupación central. Por otro lado, la definición de estrategias para desengancharse de todos aquellos conflictos que impliquen para Estados Unidos una desviación de recursos económicos y políticos.

Claramente la llegada de Trump no es una buena noticia para los enemigos de Estados Unidos, como China e Irán, y quizás tampoco lo sea para sus aliados. Los principales líderes europeos, por ejemplo, ya están tomando nota de este cambio de época.

Olaf Scholz se acercó a Putín

Ucrania

Hace unos días, el canciller alemán, Olaf Scholz, quien atraviesa una crisis política por la ruptura de su coalición de gobierno que terminará con elecciones el 23 de febrero, mantuvo un contacto con Vladimir Putin ¿Estará buscando liderar un cambio en la relación con Putin antes que se lo obligue a hacer Trump?

Lo que trascendió de esa llamada fue que el canciller alemán le dijo al ruso que el despliegue de tropas de Corea del Norte contra Ucrania suponía una "grave escalada" del conflicto. También Scholz le habría reclamado a Putin que retire a sus tropas de Ucrania y ponga fin a la guerra. El Kremlin tomó esta llamada como un éxito y destacó, lo que parece una ironía, “que el diálogo es positivo".

El presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski, se enojó por esta llamada porque interpreta lo que hay que interpretar: que se está preparando el terreno para un cambio de escenario en el conflicto en el que inevitablemente él y Ucrania saldrán perdiendo. 

En Europa saben que se van a quedar solos, económica y políticamente, para ayudar a que Ucrania mantenga la resistencia ante los rusos. Y que nada podrán hacer nada para evitarlo. Para la Administración Trump, y para Rubio, el actual conflicto entre Moscú y Kiev debe llegar a un desenlace. Europa sabe que eso, más temprano que tarde, significará que Zelenski deberá aceptar un cese del fuego en el que, como ya sabe, su país y él se verán perjudicados. Será un golpe tremendo si se tiene en cuenta el esfuerzo, traducido en miles de muertos y en ciudades y pueblos destruidos, que hicieron los ucranianos para no dejarse arrasar por los rusos.

Con esa decisión, desde la Casa Blanca, Trump convertirá al Zelenski, quien impactó al mundo por su liderazgo para frenar a Putin, en un presidente dispuesto a resignarse a ceder parte de territorio sin obtener casi nada a cambio, porque nadie imagina que Putin acepte que Ucrania ingrese a la OTAN.

¿Qué pueden hacer Zelenski y sus socios europeos para garantizarse que Putin no vuelva a hacer lo que viene haciendo desde, por lo menos, 2008, es decir recurrir a la fuerza cuando siente que alguien está amenazando su poder? Es una pregunta que parece tener una respuesta obvia: nada.

Para Europa será una derrota que revelará, otra vez, la incapacidad de resolver sus asuntos de manera efectiva. A pesar de haber estado casi tres años destinando recursos económicos, militares y políticos para parar a Putin, la situación terminará peor: con el presidente ruso empoderado, que podrá exhibir como un triunfo contra todo Occidente el haberse quedado con territorio de manera ilegal y haber impedido que Ucrania se sume a la OTAN. 

Mike Waltz, asesor de Seguridad Nacional de Trump, un halcón anti-China

China

Trump mirará para adentro salvo en un solo tema: China. Para ganar esa “guerra”, por ahora comercial y tecnológica, no escatimará esfuerzos. Para eso puso a Waltz, un halcón anti-China, para asesorarlo en materia de seguridad nacional. Ambos consideran a ese país como el enemigo más importante que ha tenido Estados Unidos en su historia. Ahí darán batalla y serán inflexibles contra quien se ponga en el medio. 

Este será un problema quizás no previsto para Argentina y para América Latina. La llegada de Rubio, el primer latino en ocupar ese cargo, impactará fuertemente en nuestra región. Parece el interlocutor ideal para el presidente argentino Javier Milei quien, desde que asumió en diciembre de 2023, estableció un fuerte posicionamiento, más que pro occidental, pro trumpista. Él fue quizás el líder mundial que más ganas tenía de que Trump ganara las elecciones. Pero La presencia china en la región será una cuestión a mirar con atención. 

Milei tuvo su esperada foto con Trump esta semana y un intercambio de elogios del que el gobierno argentino se siente orgulloso. Pareciera que nada podría arruinar ese vínculo, aunque habría que estar atento a que pasaría tras la posible foto de Milei con el presidente chino durante los próximos días en el marco de la cumbre del G20 en Río de Janeiro. Será la confirmación definitiva del contundente cambio de posición del gobernante argentino, quien pasó de decir que no iba a negociar con China por ser, además de una dictadura, un país comunista, a decir que era bueno negociar con los chinos porque no te piden nada a cambio.

¿Cómo le caerá este acercamiento a la entrante administración Trump?  La presencia china en la región tuvo además un hito histórico esta semana cuando se inauguró un mega puerto en Perú financiado por el gobierno de Xi Jinping. 

No solo la Argentina, sino todos los países medianos o periféricos deberán aprender a moverse en un contexto tan polarizado, de extrema y conflictiva bipolaridad entre las dos potencias. Para navegar este momento histórico se requerirá de mucho equilibrio. Algo que solo se puede hacer con éxito a través de una diplomacia sofisticada, característica de la que Argentina, al menos durante la gestión de Diana Mondino, careció.   

 

Irán

El otro gran enemigo del Estados Unidos de Trump será Irán, al que tiene en la mira desde su primera gestión, durante la cual aisló a esa teocracia para promover una alianza con todos sus rivales regionales. Los acuerdos de Abraham fueron para eso y funcionaron. Pero Trump siempre sorprende. Seguramente no le habrá caído del todo bien a Netanyahu, otro de sus grandes aliados mundiales, la reunión en Nueva York, sobre la que informó el New York Times, que mantuvieron Elon Musk, asesor cercano del presidente electo de Estados Unidos, y el embajador de Irán ante las Naciones Unidas Amir Saeid Iravani. Si esa reunión sucedió, ¿habrá sido para aflojar tensiones?

A Israel, en el corto plazo, se le abre una ventana de oportunidades para ir a fondo contra Irán. Algunos creen que Biden podría aprovechar su último par de meses para dejar hacer a Israel, y dejar que siga golpeando las capacidades nucleares iraníes. De hecho, en las últimas horas se conoció que Israel, en una operación relámpago, destruyó un sitio de investigación de armas nucleares de alto secreto en Irán que el régimen utilizaba para probar los explosivos necesarios para hacer funcionar un dispositivo nuclear.

Pero parece que no es lo único que hará Biden hasta que se vaya. Acaba de autorizar a Ucrania a usar por primera vez misiles de largo alcance suministrados por Estados Unidos para atacar dentro de Rusia. Es probable que las armas se utilicen contra tropas rusas y norcoreanas en defensa de las fuerzas ucranianas en la región de Kursk, en el oeste de Rusia. Se trata de un cambio radical en la política de Estados Unidos a tan solo dos meses antes de que el presidente electo Trump asuma el cargo. Es una decisión de altísimo riesgo que podría escalar el conflicto y complicarle los planes a Trump.

 

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