Los países del G20, compuesto por las 20 mayores economías del mundo, siguen buscando acuerdos en la cumbre que se está desarrollando en Rio de Janeiro. El anfitrión, Luiz Inácio Lula da Silva Lula Da Silva, pidió hoy más acciones para frenar el calentamiento global, y les dijo a las naciones desarrolladas que debían acelerar sus iniciativas para reducir las emisiones nocivas.
Los comentarios de Lula se produjeron un día después de que los representantes de las naciones del G20 respaldaran una declaración conjunta que pedía un pacto para combatir el hambre, más ayuda para Gaza, el fin de la guerra en Ucrania y otros objetivos, en medio de la incertidumbre global sobre el próximo gobierno del presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump.
El presidente de Brasil, anfitrión de la reunión de dos días, abrió la sesión de hoy centrándose en los desafíos ambientales, y diciendo que las naciones desarrolladas deberían considerar adelantar sus objetivos de emisiones de 2050 a 2040 o 2045. “El G20 es responsable del 80% de las emisiones de efecto invernadero”, afirmó. “Aunque no caminemos a la misma velocidad, todos podemos dar un paso más”.
El gobierno de Brasil destacó que el lanzamiento por parte de Lula de una alianza global contra el hambre y la pobreza el lunes fue tan importante como la declaración final del G20. La alianza cuenta con el respaldo de la Fundación Rockefeller y la Fundación Bill & Melinda Gates y, hasta el lunes, 82 naciones habían firmado el plan, dijo el gobierno de Brasil.
Además de una contribución de 325 millones de dólares para el fondo de tecnología limpia del Banco Mundial, el presidente estadounidense Joe Biden ha anunciado una serie de iniciativas relacionadas con el clima y el desarrollo. Pero muchos de ellos requerirían la aceptación de Trump, quien se opone a tales proyectos y ha calificado la crisis climática de “engaño”.
Ucrania y Gaza
La declaración conjunta aprobada ayer a última hora pedía asistencia humanitaria urgente y una mejor protección de los civiles atrapados en conflictos en Oriente Medio, además de afirmar el derecho palestino a la autodeterminación. El documento no mencionó el sufrimiento de Israel, que no es miembro del G20, ni a los aproximadamente 100 rehenes israelíes aún retenidos por Hamás en Gaza.
La noticia de que Biden alivió las restricciones sobre el uso por parte de Ucrania de misiles estadounidenses de largo alcance para permitirle atacar más profundamente dentro de Rusia también influyó en las reuniones. “Estados Unidos apoya firmemente la soberanía y la integridad territorial de Ucrania. Todos en esta mesa, en mi opinión, deberían hacerlo también”, dijo Biden.
Recordemos que el presidente ruso, Vladímir Putin, no asistió y en su lugar envió a su ministro de Asuntos Exteriores, Serguéi Lavrov. Putin ha evitado cumbres similares desde que la Corte Penal Internacional emitió una orden que obliga a los Estados miembros a arrestarlo.
Por su parte el primer ministro Keir Starmer anunció que duplicará su ayuda a Kiev. Esto sucede cuando esa guerra ya cumplió 1000 días."Son mil días de agresión y de sacrificios", subrayó el primer ministro británico.Reino Unido duplicará su apoyo a Kiev.
El presidente de Francia, Emmanuel Macron, siguió la línea que Starmer y dijo que su país también seguirá ayudando a Ucrania a proteger su territorio. El jefe de Estado francés añadió a continuación que no se debe subestimar el cambio en el conflicto provocado por la intervención de las tropas norcoreanas en la región de Kursk.
Otros temas
Los líderes también se comprometieron a trabajar por una “reforma transformadora” del Consejo de Seguridad de la ONU para que se alinee “con las realidades y demandas del siglo XXI, haciéndolo más representativo, inclusivo, eficiente, efectivo, democrático y responsable”.
Prácticamente todos los países están de acuerdo en que, casi ocho décadas después de que se establecieran las Naciones Unidas, el Consejo de Seguridad debería expandirse para reflejar el mundo del siglo XXI e incluir más voces. La declaración no especifica la forma que debería tomar la reforma.
Argentina acompañó la declaración del G20, pero tuvo problemas con las referencias a la agenda de desarrollo sostenible 2030 de la ONU, que el presidente , Javier Milei, rechaza.
Milei también se opuso a la idea de que los gobiernos deberían hacer más para combatir el hambre y dijo que los esfuerzos por regular el discurso de odio en las redes sociales infringirían la soberanía nacional.