El agente policial permanecía sobre la ruta 22 y aunque le indicó al conductor de una camioneta que detenga la marcha, este continuó su tránsito sin hacerse demasiado problema. Es por eso que terminó algunos kilómetros más adelante cuando el patrullero interceptó la Ford Ranger, luego de unos minutos al hacer la requisa, los uniformados se dieron cuenta por qué la persona que manejaba no se había detenido en el control.
El hecho ocurrió cerca de las 22, a la altura del kilómetro 1,000 de la ruta Nacional 22, frente al destacamento de Seguridad Vial de Choele Choel. Hasta allí llegó un hombre que viajaba desde Río Colorado hasta General Roca, pero hizo caso omiso a la orden de alto y continuó su marcha hacia Darwin.
Al ser alcanzado, y luego de presentar la tarjeta verde del vehículo, el seguro obligatorio y el carnet de conductor, el agente policial le solicitó al conductor que abriera la compuerta de la caja de la camioneta y apenas alumbró con la linterna descubrió una gran cantidad de bolsas de nylon con carne en su interior.
También le solicitó al hombre que manejaba que abriera las puertas de la camioneta y sobre el asiento trasero también descubrió una gran cantidad de costillares.
Luego de bajarlos y acomodarlos sobre la vereda del destacamento, el personal contabilizó 110 costillares que eran transportados de manera irregular, sin ningún tipo de control, sin documentación sobre su origen y tampoco la camioneta contaba con equipo de refrigeración para mantener la cadena de frío que se requiere.
Según lo que trascendió, el hombre de 72 años es un comerciante que habría adquirido los costillares en La Adela y pretendía venderlos en el Alto Valle, aprovechando la demanda que existe por las fiestas.
Por la barrera sanitaria impuesta por SENASA, que impide el ingreso de carne con hueso a la Patagonia, porque esta región tiene un status sanitario diferente al resto del país con respecto a la fiebre aftosa, la diferencia de precio entre una margen del río Colorado y la otra puede llegar a ser del doble.
La mercadería secuestrada tiene un valor en la región superior a los 2 millones de pesos.