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Un turista le disparó en el cuello a un policía luego de confundirlo con un ladrón

El agente se encuentra estable y el autor del disparo quedó imputado por lesiones graves.
Lunes, 14 de octubre de 2024 a las 12:50

Un confuso episodio en la noche del sábado en Pinamar terminó con un policía gravemente herido tras recibir un disparo en el cuello por parte de un turista. El hecho ocurrió cuando los oficiales intentaban ingresar a una vivienda tras responder a la activación de una alarma.

El incidente tuvo lugar alrededor de las 22 horas en las inmediaciones de las calles Cefiro y Banes de Troya, cuando una camioneta estacionada activó su alarma, lo que llamó la atención de un patrullero en la zona. Al llegar, los efectivos escucharon gritos provenientes de una casa cercana y decidieron intervenir.

Sin obtener respuesta al golpear la puerta, el jefe del operativo intentó forzar el ingreso creyendo que podría tratarse de un robo. En ese momento, el dueño de la casa, un vecino de Merlo que estaba en la ciudad para pasar el fin de semana, disparó con un arma de fuego, pensando que se trataba de delincuentes.

El disparo impactó en la mandíbula del oficial y atravesó su nuca, dejándolo gravemente herido en el suelo. Al darse cuenta de su error, el propietario salió al patio delantero y encontró a los policías en la escena.

El agente herido fue trasladado de inmediato al hospital local, donde fue intervenido quirúrgicamente. Aunque se encuentra estable, los médicos esperan la evolución en las próximas 48 horas para evaluar su posible derivación a un centro de mayor complejidad.

El fiscal Juan Pablo Calderón imputó al autor del disparo por lesiones graves agravadas por el uso de arma de fuego, en exceso de legítima defensa, aunque el hombre permanece en libertad.

¿Qué es el exceso de legítima defensa?

Según el Código Penal argentino, la legítima defensa es válida cuando se cumplen tres condiciones:

  • Existencia de una agresión ilegítima.
  • Necesidad racional del medio utilizado para repelerla.
  • Ausencia de provocación por parte de quien se defiende.

Sin embargo, el artículo 35 del Código establece que quien se excede en los límites de la legítima defensa puede ser castigado con la pena correspondiente al delito por imprudencia o negligencia. En este caso, si el disparo hubiese causado la muerte, la pena aplicable habría sido la de homicidio culposo, con un máximo de cinco años de prisión.

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