Un llamativo hecho ocurrió este jueves en la Unidad de Detención 11 de Neuquén cuando una mujer intentó ingresar 12 gramos de cocaína en un trozo de carne que era para un interno.
El delito fue detectado por los efectivos penitenciaros durante una inspección de rutina en el ingreso de mercadería.
Minutos antes de las 16, una visitante autorizada llegó acompañada por otra persona para realizar el depósito de productos destinados a un interno. La mujer, que mostró signos de nerviosismo, manifestó su deseo de dejar una caja con mercadería y retirarse rápidamente. Al explicarle el procedimiento de revisión obligatorio, se procedió a la inspección del contenido.
Cuánta cocaína quería ingresar a la Unidad 11
Durante el control, realizado por personal asignado al sector de recepción, se hallaron tres envoltorios ocultos en el interior de un trozo de carne. Los envoltorios, elaborados con guantes de látex, contenían una sustancia blanca que, tras ser sometida a un test orientativo por el Departamento Antinarcóticos, resultó ser cocaína, con un peso total de 12,5 gramos.
Finalmente, se notificó a la visitante sobre la apertura de una causa judicial federal y un expediente disciplinario por el intento de ingreso de sustancias prohibidas.
Las maneras más insólitas de intentar ingresar droga en la cárcel de Neuquén
En diálogo con Mejor Informado, la subcomisario Verónica Ramírez detalló que los intentos de ingresar estupefacientes a las cárceles tienen todo tipo de creatividad (para el mal, en este caso). "En nuestro sector de paquetes y visitas nuestro personal está capacitado para realizar las inspecciones", mencionó.
Respecto a las maneras insólitas de intentar pasar narcóticos a las cárceles, ejemplificó: "Han intentado pasar droga a través mates dobles, en algún pollo, dentro de trozos de carne (como este caso) y bolsas de compra con doble fondo. También hay visitas que han simulado tener heridas físicas y han escondido droga como pastillas debajo de las supuestas vendas".
La metodología más curiosa de ingresar objetos no permitidos que comentó, por decirlo de alguna forma, fue "una mamá que vino con su bebé de dos años. Cuando se realizó la inspección se notó que había un bulto en la espalda del pequeño".
Tras identificar el objeto, "se le pidió a la madre que levantara la remera y encontramos un teléfono pegado con cinta adhesiva".