El viernes 26 de julio, un hecho lamentable sacudió a los vecinos de Pico Truncado cuando un bebé de 8 meses falleció en circunstancias que aún están bajo investigación. Sus jóvenes padres, de 18 y 20 años, llevaron al pequeño al Hospital de Puerto Deseado en grave estado, alegando que se había caído mientras lo bañaban y se había golpeado la cabeza.
La pareja informó que el bebé se había resbalado en la ducha, lo que le causó un golpe en la cabeza. Pese a los esfuerzos del personal médico, el bebé no sobrevivió debido a la gravedad de sus heridas. El cuerpo del menor fue sometido a una autopsia durante el fin de semana para determinar la causa exacta de su muerte.
La situación fue tratada con un total hermetismo, y hasta el momento no se divulgaron detalles de los resultados de la autopsia. Sin embargo, se sabe que el Cuerpo Médico Forense solicitó nuevos estudios, y el cuerpo del bebé permanece en la morgue mientras se realizan estos análisis adicionales.
Paralelamente, el Juzgado de Instrucción encargado del caso clasificó el incidente como "muerte dudosa" y ordenó un allanamiento en la vivienda donde supuestamente ocurrió el accidente. Este procedimiento se llevó a cabo el domingo por la tarde, ejecutado por la Policía de Santa Cruz, que confiscó los teléfonos móviles de los padres como parte de la investigación.