El Rey del río conocía los abusos sexuales de su papá. Así lo estableció el Tribunal Criminal 3 de Bahía Blanca, que declaró culpable al exdirector de Deportes de Patagones y reconocido palista Néstor "Piri" Pinta. Lo condenó a 4 años y medio de prisión por encubrimiento de las prácticas de su papá Aldo. Pese a la condena, como quedan instancias de apelación, el deportista permanecerá en libertad hasta que la sentencia quede firme.
La Justicia determinó que Pinta encubrió los delitos cometidos por su padre, Aldo Pinta, quien se suicidó el día que conoció las denuncias en su contra. El deportista llegó a juicio por la presentación realizada en 2020 por Victoria Carrión, quien relató haber sido víctima de estos hechos cuando tenía entre 14 y 15 años y asistía a entrenamientos supervisados por "Piri", máximo ganador de la Regata del río Negro, en 16 oportunidades.
Tras analizar las pruebas presentadas en las tres jornadas del juicio, los jueces Daniela Castaño, Eduardo D’Empaire y Julián Saldías determinaron que las evidencias eran suficientes para dictar la culpabilidad de Pinta. A pesar de la condena, Pinta continuará en libertad hasta que se agoten las instancias de apelación, entre ellas el Tribunal de Casación, la Corte Provincial y la Corte Suprema de Justicia de la Nación.
Los hechos que derrumbaron la imagen del Rey del río Negro
Según la denuncia, Aldo Pinta aprovechaba su posición y la confianza generada por su hijo para atraer a las víctimas con el pretexto de recibir masajes post entrenamiento. Lo hacía luego de las prácticas, cuando "Piri", llevaba a sus alumnas a la casa de su papá para merendar. El hombre, las llevaba a su cuarto para realizarle masajes y allí se producían los abusos. "Nada hubiera ocurrido sin su complicidad, él era quien les hacía creer que se trataba de simples masajes", sostuvo la querellante.
El caso tomó un giro trágico cuando Aldo Pinta se quitó la vida tras la exposición de las denuncias. La revelación de estos hechos generó conmoción en la comunidad deportiva y encendió el debate sobre la responsabilidad de quienes, con su silencio, permitieron que estos delitos ocurrieran.
Aunque la querella había solicitado una pena de 15 años, la decisión de prisión efectiva fue recibida con satisfacción por la representación legal de la víctima, al considerarse un paso importante en la búsqueda de justicia. El fallo no solo marca un precedente en la lucha contra el encubrimiento de abusos en ámbitos deportivos, sino que también refuerza la necesidad de generar mecanismos de protección y denuncia que eviten la repetición de hechos similares en el futuro.