Un trabajador petrolero del yacimiento El Medanito protagonizó un incidente de tránsito al volante de una camioneta laboral a la que volcó, la convirtió en chatarra y encima lo echaron como perro. Inició una demanda por despido, pero quedó comprobado que excedió (en mucho) la velocidad permitida y se tuvo que ir con lo puesto.
El incidente sobrevino en la ruta provincial N 34, donde la Toyota Hilux dio dos tumbos y quedó inutilizable. El pistero expuso sus razones, pero la empresa le había colocado control satelital y pudo demostrar que iba a casi 100 kilómetros por hora, cuando las máximas permitidas oscilaban entre los 40 y los 60 kilómetros. Es decir, avanzaba con insolente desprecio hacia los otros conductores que circulaban por ahí.
Así y todo promovió un juicio laboral para revertir su despido, pero no lo consiguió y ahora tendrá que pagar los gastos del proceso. La Cámara Laboral rionegrina concluyó que el comportamiento de este sujeto fue antijurídico y, por su gravedad objetiva, constituyó una causa justificada para la resolución del contrato. “Por ende, debe tenerse por legítimo el despido con causa”, sentenció.
La empresa, durante el juicio, acreditó que el individuo acumulaba sanciones disciplinarias y reiteradas advertencias sobre la importancia de cuidar todas las normativas de seguridad y reencauzar su conducta.
El incidente que le costó el trabajo lo provocó mientras circulaba rumbo a la ciudad de 25 de Mayo. El sujeto estuvo un tiempo de licencia médica y cuando se reincorporó lo despidieron con causa. Entre las sanciones que acumulaba había recibido un apercibimiento en donde se le hizo saber que debería evitar “dejar regulando por horas la camioneta”.