La fama y las ovaciones de una Bombonera colmada no le hicieron perder al volante de Boca, Cristian Medina, la conciencia social y la empatía hacía un pibe roquense que este año debutó en la categoría 2012 del club. Junior Alexander Ramírez esperaba el colectivo junto con su familia y el reconocido jugador paró con su auto para llevarlos de vuelta a casa.
La situación fue publicada en las redes sociales del niño de 11 años, que antes de instalarse en Buenos Aires, jugó en Roca en los equipos de las escuelitas de los barrios Belgrano y Noroeste, hasta llegar a Argentinos del Norte, que fue el trampolín para soñar con llegar a ser profesional en un club grande.
De acuerdo con lo que se pudo saber, el chico que juega en la inferiores xeneizes, luego de una práctica en el predio de Ezeiza, caminó junto con sus padres y su hermanita hasta la parada del colectivo para poder regresar a su casa.
En medio de la tediosa espera, con cientos de autos pasando a toda velocidad por el lugar, de repente frenó un auto último modelo. Automáticamente, comenzó a descender el vidrio polarizado de la ventanilla del conductor. Ante la cara de asombro de la familia, se pudo ver el rostro de Medina.
Con una enorme amabilidad, se dirigió al padre del pequeño y les preguntó a dónde iban. Casi al mismo tiempo, se ofreció a llevarlos a todos hasta destino. Y ante la negativa propia de la vergüenza y de no querer comprometer a una figura del club, el volante insistió y les abrió la puerta de su vehículo.
La situación quedó retratada en una selfie en la que se puede ver al niño asomando su cabeza por detrás de la butaca donde estaba Medina, acompañado de su hermana y su mamá en el asiento de atrás, y su papá como acompañante del reconocido jugador.
Júnior Alexander Ramírez es de Roca, su familia vive en el humilde barrio Carlos Soria, a la altura de J.J. Gómez pero en el sector de bardas norte de la ciudad. Juega de 10 y tiene una habilidad llamativa, por eso logró emigrar a Buenos Aires donde fue River el que le abrió sus puertas para sumarlo a sus divisiones inferiores.
Pero había algo que a la familia no le cerraba. Es que todos son de Boca, por eso después de un semestre de jugar con la banda roja en el pecho, logró saltar al club de sus amores, donde en abril de este año debutó en la categoría 2012, en el Torneo de Fútbol Infantil 2023, oficial de AFA, denominado “Tricampeones del Mundo”.