Con una acertada y breve puesta en escena, Mariano Gaido presentó, en el auditorio del MNBA neuquino, su proyección de recursos y gastos para el año próximo, que contiene un notorio superávit de 39 por ciento, una reducción de gastos de personal al 25 por ciento, y la certeza de que regalías y recursos propios prácticamente empardan entre sí los principales recursos que manejará el municipio más importante de la Patagonia, el mismo que calcula 408 mil millones de pesos para el 2025.
El presupuesto capitalino es un reflejo del buen momento de Gaido en el escenario político local: nadie puede discutir su énfasis en la obra pública (que se hará, en su mayoría, con el superávit propio), su afán de modernización y adecuación a los nuevos tiempos, que se reflejan claramente en el polo científico-tecnológico, o en cuestiones menores pero atractivas, como la implementación del plan de 200 bicicletas eléctricas públicas que estarán al servicio de los ciudadanos, en las nuevas estaciones SiBici.
Los integrantes del equipo de secretarios desfilaron por delante de las butacas donde se sentó el público asistente, sin subirse al escenario, en un gesto de horizontalidad y llaneza que todo el tiempo muestra o intenta mostrar el gobierno municipal capitalino. En primera fila estaban los ministros provinciales José "Pepé" Ousset y Guillermo Koenig, jefe de Gabinete y titular de Economía, respectivamente, funcionarios que representaron al gobernador Rolando Figueroa, ausente con aviso por viaje y compromisos asumidos previamente.
Cada quien expuso cuestiones presupuestarias de su área con rapidez y eficacia discursiva: está bien entrenado en la comunicación el equipo municipal. El intendente habló al final y fue breve, más que nada para mostrar el aspecto principal de su logro político: en cinco años, redujo el gasto en personal y aumentó la inversión en obra pública. No hay muchos intendentes en Argentina -si es que hay alguno- que pueda mostrar esas equivalencias.