El turismo es un gran generador de ingresos económicos en la provincia del Neuquén. La temporada veraniega aún no culminó, y el nivel de ocupación si bien fue tranquilizante para los operadores y prestadores de servicios, ya piensan en el invierno que se avecina, y que encuentra a la provincia con oferta de productos de excelencia, como la nieve del Chapelco.
Lo que preocupa ahora, sobre todo en San Martín de los Andes, es el estado legal del cerro, dado que en poco más de un mes, vence la concesión vigente, y aún no hay llamado a licitación .
El ministerio de Turismo está trabajando desde hace más de medio año en la confección de los pliegos, pero en el medio hay detalles importantes a resolver. Por ejemplo la injerencia de la comunidad mapuche Vera, propietaria de las tierras de la base a punto de titularizar, o las hectáreas en la cota 1600 que les pertenece a los concesionarios "Nieves del Chapelco" , gerenciadores del cerro desde el 2008.
Chapelco está ubicado a 20 Km de San Martín de los Andes, y debido a las inversiones que se han hecho se convirtió en el centro de esquí de la Argentina más premiado internacionalmente.
Cuenta con 28 pistas acondicionadas diariamente , escuela de esquí y snowboard , escuela de esquí adaptado para personas con capacidades diferentes, cuerpo de patrulleros capacitados, programas para chicos y teens, y una guardería infantil, y un rental de equipos de esquí y snowboard de primera línea. Toda una gran infraestructura con servicios, cumplida a lo largo de los años de concesión, aunque aún falte desarrollar el emprendimiento inmobiliario destinado a un sector de alto poder adquisitivo, y mejorar otros aspectos en la infraestructura del cerro, como la ampliación de la playa de estacionamiento, por ejemplo.
Pero no siempre Chapelco tuvo buenas épocas. A lo largo de su historia fueron varios los altibajos , que comenzaron en el año 1973 con la concesión a la empresa "Lagos del Sur", la primera en realizar inversiones y en presentar un proyecto de urbanización que no llegó a concretar.
Entre 1981 y 1984, es el Banco Nacional de Desarrollo el que se hace cargo del cerro, pero al fracasar el llamado a licitación internacional vende sus activos a la provincia, que sostiene el funcionamiento del lugar.
Al Estado la gestión del complejó le significó cuantiosas pérdidas, por lo que vuelve a licitar, adjudicándolo a la empresa Bolland y Cía. en el año 1986. El contrato no sólo contemplaba la explotación del complejo, sino también venta de tierras bajo las condiciones de la promoción industrial.
En ese entonces, la inestabilidad económica del país generó múltiples inconvenientes a la empresa, por lo que el contrato sufrió modificaciones y también cambió de titular, quedando en manos de la Cooperativa Teléfonica de San Martín de los Andes.
Pero las buenas intenciones de la cooperativa no alcanzan para sostener el funcionamiento del cerro, y pide a la provincia sumar un socio inversor. Tras muchos intentos, se asocia con Valle de las Leñas, cuya garantía era el Banco Patricio, que luego fue en quiebra. Esta nueva situación los lleva a asociarse en el año 1997 con Nieves del Chapelco.
Tres años más tarde, esta empresa se hace cargo de la totalidad de la explotación del cerro, asumiendo también el compromiso de cancelar las deudas existentes con la provincia.
En los primeros días de enero del 2002, se derogó totalmente la ley de convertibilidad, y el desarrollo del cerro sufrió un nuevo "parate". En ese momento, la provincia autoriza a vender todas sus acciones. Comienza a correr el año 2006, y queda como titular de Nieves del Chapelco, su actual presidente Juan Cruz Adrogué, con el 100 por ciento de poseción.
A partir de allí comienza una etapa de expansión del Cerro, cumpliéndose con la totalidad del contrato, invirtiendo en medios de elevación y en el sistema de innivación inducida, colocando a Chapelco en un lugar de vanguardia.
También comienza la discusión por la titularidad de las 50 hectáreas que les correspondían por cumplimiento de contrato, pero dos temas aparecen en las negociaciones: el reclamo de la comunidad Vera, por la titularidad del lote 69A, de alrededor de 640 hectáreas en la base del cerro, que obligó a renegociar las tierras para el emprendimiento inmobiliario propuesto por la concesionaria. Este cambio de lugar, vino de la mano de una larga negociación que concluyó con la entrega de 90 hectáreas en la zona conocida como Autulauquen (cota 1600 ), adquiridas por la empresa a valor fiscal.
Se proyecta allí una aldea de montaña que pondría valor agregado al cerro, y si bien cuenta con una primera autorización, en la aprobación final debe intervenir el ministerio de Turismo y la municipalidad de San Martín de los Andes, dado que se deben generar excepciones a la ley de bosques, además de aprobar los diseños urbanísticos. Pero además, el desarrollo inmobiliario en ese sector privaría de algunas pistas al complejo. Eso preocupa a los lugareños.
El tema es que después de un largo y espinoso derrotero, se llega ahora al final de una concesión que se consolidó, y posicionó a Chapelco entre los mejores centros de esquí del mundo.
Las posibilidades en adelante son varias, desde que el mismo concesionario se presente a la nueva licitación, a que aparezcan mejores ofertas, o que pueda quedar en manos del ministerio de Turismo, y nuevamente la provincia deba hacerse cargo de la gestión del cerro.
Contra reloj trabajan las autoridades provinciales, la fiscalía de Estado, el sector privado, las comunidades mapuches involucradas, mientras las expectativas crecen entre los prestadores de servicios de San Martín, Junín y zonas aledañas que se ven beneficiadas con el funcionamiento del cerro ,y la llegada de centenares de turistas que llegan a disfrutar de la nieve y las comodidades de Chapelco, aún sabiendo que siguen existiendo falencias importantes, que se intentarán remediar.
La preocupación existe porque el tiempo corre, abril llega muy rápido y el contrato vence. Algunos son optimistas respecto al trabajo oficial, y otros rumorean por lo bajo " se viene una temporada dificil".
No hay que perder de vista que la concesión es a 30 años, y en ellos se juega gran parte del futuro de la localidad.