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A un mes de la desaparición de Jesica: Una familia con los ojos fijos en el río

Este viernes se cumple un mes de la desaparición de Jesica, de 10 años, en el río Limay a la altura de Balsa Las Perlas. Una familia se aferra a la esperanza.
Jueves, 06 de febrero de 2025 a las 23:59

"Si vos te vas, me voy con vos", le gritó Jesica Antelo Terraza a su hermano Miguel, de 13 años, cuando saltó al río Limay para salvarlo de la corriente. “Puedo salir solo”, le advirtió Miguel pero Jesica siguió su instinto solidario, se lanzó en un profundo sector del cauce, del cual no logró salir. Ese estremecedor diálogo, fue el último diálogo de amor entre hermanos. Este viernes 7 de febrero se cumple un mes de su desaparición y su familia sigue aferrada a un milagro. 

Esa tarde del 7 de enero, cuando el calor arreciaba, Jesica y Miguel fueron solos a la vera del río junto a su perro. “Se largaron al agua y sucedió la tragedia”, expresó Miguel Ángel con todo el dolor de un padre ante semejante desgracia.

La desaparición de la menor fue reportado a la Policía ese mismo día a las 19:35. Desde ese momento  se desplegó un intenso operativo de búsqueda y rescate en las costas del río con embarcaciones y buzos tácticos, policías y canes con la esperanza de encontrar a la niña cuyo rastro se perdió cuando fue arrastrada por la corriente. Jesica desapareció a la altura del puente de acceso a Balsa Las Perlas, frente al balneario de Valentina Sur, en una parte que no está habilitada. En ese sector, la profundidad es de 8 metros y presenta una gran cantidad de vegetación subacuática.

La niña se perdió cuando fue arrastrada por la corriente del río.

Un centenar de efectivos policiales de Neuquén y Río Negro, personal de Defensa Civil y Protección Ciudadana, Prefectura Naval, el SIEN y voluntarios recorrieron desde la zona donde desapareció hasta aguas abajo. También lo hicieron por tierra. 

 

La desesperación de una familia

A un costado del puente Lembeye, un gazebo protegía de los fuertes rayos de sol a los familiares de Jesica. Allí, estuvo su madre, Kathy, quien no podía dejar de sacar de su mente los intentos de su hijo por sacar a su hermana del agua antes de que la llevara la corriente. “Mamita perdóneme, traté de salvarla y no pude”, le dijo su hijo desbordado de lágrimas.

En esos primeros días de intensa búsqueda por agua y por tierra, Miguel Ángel sostenía la creencia de que su hija estaba con vida. La fe y la esperanza propia de un padre que se aferra a esos sentimientos tan profundos. Esa era su certeza, como padre. “Puede estar con vida y por ahí necesita pronta atención. Esa es mi desesperación", explicó el hombre.

La madre y familiares siguieron de cerca, a la orilla del río, los operativos de búsqueda.

Padre de seis hijos, Miguel Ángel imaginaba que Jesica podía haber quedado inconsciente sobre la orilla del río, en algún lugar que no había sido rastrillado hasta ese momento.

La familia llegó hace 10 años a la Argentina proveniente de Bolivia en busca de mejores oportunidades laborales. Viven en Balsa las Perlas, una comunidad que quedó conmocionada por la desaparición de Jesica. Miguel Ángel se dedica a tareas de construcción. 

En un principio, la búsqueda se centralizó en el sector donde la menor desapareció, pero con el paso de los días se empezaron a rastrillar las zonas de la margen neuquina del río.

Hasta ahora nadie se acercó a las autoridades para informar de algún indicio concreto. Sólo un dato aportado a la Brigada Rural de la Policía por unos hombres que pescaban generó que se movilizaran quienes tienen a cargo la búsqueda hasta la zona de Paso Córdoba en Roca por el avistamiento de un “bulto” que les llamó la atención. Resultado: negativo.

“Puede estar con vida y por ahí necesita pronta atención. Esa es mi desesperación", explicó el padre de Jesica durante una entrevista con 24/7.
 

"El río debería haber sacado a flote el cuerpo"

Quienes tienen vasta experiencia en investigar este tipo de situaciones señalaron que “el río debería haber sacado a flote el cuerpo” o que podría haberse enredado en raíces o ramas. Pero a un mes, nada de eso sucedió.

A la orilla del río, los padres y hermanos de Jesica no quitaron sus ojos del agua. En tanto, se multiplicaron las cadenas de oración para que aparezca con vida. Por su parte, la Confederación Mapuche de Neuquén compartió un sentido posteo en sus redes sociales en apoyo a la búsqueda ya que, unos días antes de su desaparición, junto a sus compañeros de la Escuela 195 participaron de un intercambio intercultural en el Centro de Educación Mapuche dejando recuerdos imborrables en quienes la conocieron. "Pudimos conocerla feliz y animada conociendo la cultura mapuche, compartiendo con todos sus compañeritos , Conociendo y aprendiendo el arte de la alfarería", escribieron.

Los operativos de búsqueda continúan en distintos sectores del río.

 

“Cada madre y padre tiene la esperanza de encontrar vivo a su hijo y yo tengo la esperanza de encontrar viva a mi hija”, expresó la madre de Jesica, quien impulsada por la esperanza accedió a realizar “la prueba de la vela” que consiste en colocar una vela de cera encendida en un recipiente tipo bol, el que dejan flotando para que lo lleve la corriente a la deriva. Según la creencia popular, es un ritual que indica que cuando la fuente se detiene y el fuego se apaga, allí pueden encontrar un cuerpo.

“Estamos viendo la forma de encontrar una respuesta más rápida, porque ya son muchos días de búsqueda y no tenemos ninguna respuesta”, explicó la mujer para argumentar por qué se realizó esta acción desde el lugar donde la menor se precipitó al agua.

“Por tierra es poco lo que se puede hacer porque las zonas de orillas no son de fácil acceso, la búsqueda está más centrada por agua”, señalaron desde la Policía.

Las zonas ya han sido rastrilladas una y otra vez. Las distintas fuerzas que intervienen en los operativos de búsqueda se distribuyen los días para no desgastar al recurso humano. “Por tierra es poco lo que se puede hacer porque las zonas de orillas no son de fácil acceso, la búsqueda está más centrada por agua”, señalaron desde la Policía. Otros creen que es cuestión de tiempo hasta que las aguas del río cambien y devuelvan el cuerpo hasta la orilla. 

La posibilidad de encontrarla con parece estar cada vez mas lejana, aunque hay una familia que se aferra al último hilo de esperanza. 

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