Un neuquino le hace frente al look deportivo de la cuarentena con su marca de zapatos de autor que es furor entre rockers y hombres de traje. Una entrevista sin desperdicio a Horacio Caillaud, dueño de Terrible Enfant.
“Vimos que faltaba una propuesta de zapatos para hombres que se saliera de los clásicos mocasines negros y marrones, una línea que fuera original, que ofrezca diseño, alta calidad y osadía, así que fuimos por ello”, recuerda Horacio Caillaud sobre el momento en que junto a Luz Bauzá, su pareja, diseñadora y socia, crearon Terrible Enfant.
Pasaron 8 años de aquel desembarco en el mercado nacional, con búsqueda de fábricas, créditos, devaluación y pandemia, claro que sí. Pero con ojo inversor y un sin fin de inventivas cada vez más explosivas lograron convertirse en la marca que eligen rockers, bon vivants de acá y allá, profesionales variopintos y todo aquel que gusta de una buena suela para dar que hablar.
Es que sus zapatos son piezas de diseño terminadas a mano y con mucho detalle. Elegantes y rebeldes, hechos con los mejores cueros, con mix de texturas (terciopelo, lona, charol), apliques de orfebrería, con recortes de pelo de potro, calados, en alcornoque y hasta ¡tatuados! Sí, hacen zapatos con tatuajes tal y como se tatúa en la piel, sólo que usan una tinta especial de curtiembre para que no se borre. Esa magia es de Belén Rossi, una artista plástica y tatuadora, amiga de la marca, quien además se pone al servicio si el cliente quiere un diseño especial. Más personalizado no se consigue.
Hoy atraviesan los vaivenes del Covid-19 poniendo el pecho, sin perder el horizonte de la marca ni el espíritu irreverente que los identifica. Hablamos con Hache, como lo llaman sus pares, especialista en negocios y con experiencia en fondos de inversión, y le pedimos nos cuente el secreto de su éxito, las claves para seguir adelante y los desafíos a tener en cuenta en esta nueva normalidad.
¿Cómo se hace una marca desde cero?
Se nos ocurrió la idea de hacer una marca de zapatos de hombre que tuviera el mismo nivel de desarrollo que tiene una marca de mujer, que fueran de altísima calidad y con propuestas de diseño diferentes. Para eso primero hicimos un buen estudio de mercado, vimos que había un nicho y nos lanzamos con nuestra primera inversión, con ahorros y un crédito. Contactamos fábricas que hicieran zapatos a mano, tuvimos especial atención en los materiales, queríamos un producto distinto, con buena relación entre precio y calidad. Y así arrancamos.
¿Qué cambios han tenido que implementar sobre la marcha?
Al principio trabajábamos con cinco fábricas diferentes para producir, era una locura. Sucedía que muchas no querían desarrollar nuestros productos, cargados de recortes, tachas, remaches, mezcla de cueros, etc. Ello les generaba muchas horas de trabajo y nos ponían trabas. Ahí nos dimos cuenta que para seguir fieles a nuestra idea teníamos que asociarnos a una única fábrica que estuviera en sintonía con nuestra filosofía. Ese fue un gran cambio que hoy nos permite hacer toda nuestra colección en un solo lugar, bajo nuestra supervisión y con la posibilidad de experimentar y hacer todo lo que se nos ocurra sin que nos digan que no se puede.
¿En qué estado los agarró la epidemia por Covid-19?
Si bien nuestro arranque como marca en 2012 fue muy exitoso, porque logramos recuperar nuestra inversión en pocos meses, apostar y reinvertir, nos tocaron años duros en lo económico. Empezamos a ajustarnos pero sin dejar que la marca perdiera calidad. Después empezó el 2020 y los meses de enero y febrero, que suelen ser siempre los menos movidos, nos sorprendieron con muchas ventas. Estábamos muy entusiasmados con el giro que habíamos tenido, hasta que en marzo llego el coronavirus. Mantuvimos el local cerrado hasta hace un mes que reabrimos. Hoy estamos con el 50% de las ventas que teníamos pero apostando mucho a lo que se viene.
¿Qué estrategias pusieron en práctica a medida que avanzaba la cuarentena y ahora que de a poco se va flexibilizando?
En cuanto se instaló la cuarentena supimos que había que invertir en lo digital y que teníamos que cambiar nuestra estrategia de venta y comunicación. El local estaba cerrado y nuestra vidriera pasó a ser la pantalla: Instagram y Facebook. Triplicamos la inversión que destinábamos en comunicación, empezamos a alimentar más y mejor nuestras redes. Contratamos a un community manager, un diseñador gráfico y pusimos pauta en la web. Logramos fortalecer nuestra venta on-line, siendo hoy el 85% de toda la facturación.
Debido a esta experiencia dirías que el local a la calle, la venta presencial ¿están en agonía?
En mi rubro no creo que eso pase en absoluto. Tal vez en otras compras el sistema se instale como hábito pero en mi caso la gente, conozca o no la marca, sigue buscando una experiencia, ver el producto, tocarlo, probárselo con la ropa. Pienso que en este sentido sí se va a complejizar porque habrá que reinventar una propuesta para que al cliente le den ganas de ir hasta el local, hacer más hincapié en el servicio, ofrecer customizar lo que te comprás, darle un valor agregado. Ahí estará la inventiva que cada marca le deberá poner para que sea elegida.
¿Qué cosas crees que cambiaron o cambiarán en el mundo de la moda a partir de la pandemia?
Creo que ya está cambiando mucho el tipo de consumo, ahora se están haciendo compras más a conciencia, de prendas y accesorios de mayor calidad y durabilidad. Yo no hago fast fashion, el que me compra un par de zapatos a mi además de tener un plus en el diseño sabe que le van a durar años.
Ahora que estamos tanto en casa ¿cómo se hace para tentar la compra de zapatos de vestir cuando la realidad muestra que el look deportivo y confortable se instaló en todas las edades?
Es raro lo que sucede porque noto que en mis clientes hay una pulsión interna fuerte cuando me cuentan que compran ahora para cuando se pueda salir. Por más que estén en su casa tienen el deseo latente de que esto termine pronto, la esperanza y expectativa de producirse, encontrarse y festejar. De todas maneras, como soy fan de las zapatillas por supuesto que estamos pensando en una línea más urbana, pero eso recién será para el invierno que viene. La oferta es muy grande y las zapatillas Terrible Enfant que lancemos tienen que romper todos los moldes, como se debe.
Como especialista en negocios ¿qué recomendaciones les darías a emprendedores para que su negocio surfee la ola Covid y sea exitoso?
Primero y principal proponer algo diferente a lo que viene sucediendo, diferenciarse, no chuparse a la cola de lo que hacen todos porque a la larga te terminan comiendo las grandes marcas. Ser responsable, buscar profesionalizar tu negocio, invertir en la comunicación digital. Pensar que las redes sociales hoy son el primer canal de venta por lo que no hay que desestimar el contacto virtual, el seguimiento, servicio y asesoramiento. También es fundamental establecer la mejor relación precio calidad del producto que cada uno ofrece, eso es clave para lanzar algo al mercado. Hacer alianzas con colegas, otros rubros o causas, pero nunca traicionar los principios de tu marca.
En el mundo, así como en la moda, no todo está inventado. Hacé como Hache, si tenés algo para decir creá una marca con voz propia. Después de todo, en momentos difíciles es cuando surge la mayor creatividad.