Boca es un fiel reflejo de un Club que navega a la deriva sin rumbo ni capitán de embarcación. Y de males, cuando sus simpatizantes creen haber visto y oído todo, siempre hay lugar para una sorpresa más. En la media tarde de ayer, una nueva noticia convulsionó al Xeneixe: Sebastián Villa decidió apostar todo a que acepten la oferta del Brujas de Bélgica por él.
Horas más tarde el delantero colombiano, se despidió del cuerpo técnico y sus compañeros tras la práctica, retiró sus pertenencias de los camarines y abandonó el plantel asegurando que no volverá a vestir la camiseta de Boca.
La movida del jugador se enmarca en el nuevo rechazo a la oferta mejorada del conjunto europeo que realizó el Consejo de Fútbol. La entidad europea hizo llegar un ofrecimiento por siete millones de dólares (el anterior había sido de cinco) más dos por objetivos a cumplir y un porcentaje de una futura venta. La dirigencia pretende más dinero por el futbolista que tiene una cláusula de rescisión de 40 millones.
Más allá de lo futbolístico, pesa en la urgencia del jugador la idea de cambiar de aire por la prosecución de la causa en la que se lo acusa de violencia de género contra su expareja, que irá a juicio oral.
En el corto plazo, aguardarán a que el colombiano no se presente a la práctica de hoy para intimarlo a hacerlo. A partir de allí, comenzaría un tironeo de final abierto. Por lo pronto, el contrato que lo une al Xeneize recién finaliza el 31 de diciembre de 2024. Su pase pertenece a Boca en un 70 por ciento y a Deportes Tolima el 30 por ciento restante.