El polémico césped del Allianz Parque albergó la batalla entre Palmeiras, que buscaba su tercera final en los últimos cuatro años y un Boca que continuaba en la búsqueda de la séptima Copa Libertadores. Tras unos primeros minutos muy parejos, el local presentaba pocas ideas y el Xeneize (aunque sin generar peligro) daba alguna mejor sensación cuando Cristian Medina, Equi Fernández y Valentín Barco se juntaban a tocar.
En ese contexto, Boca iba a encontrar la jugada que estaba esperando. Una pelota le quedó por izquierda a Miguel Merentiel, que tras una gran jugada personal le entregó un pase gol exacto a Edinson Cavani, quien con su primer gol en esta Copa Libertadores desató la locura de los hinchas que habían viajado a San Pablo. El conjunto argentino necesitaba ahora controlar el partido, y durante el resto del primer tiempo esto fue lo que sucedió.
Para la segunda parte, Abel Ferreira supo que debía cambiarle la cara a su equipo, y eligió a los jóvenes Endrick, la joya que partirá a Real Madrid, y Kevin para empezar a acorralar a un Boca algo más replegado que buscó contraatacar. La lectura de Almirón al ver la ofensiva de Palmeiras fue establecer una línea de cinco con el ingreso de Bruno Valdéz, en una postura que luego le complicó las cosas. Endrick iba a demostrar su capacidad habilitando a Mayke, quien obligó a la primera gran intervención de Chiquito Romero.
Al avance rival, al Xeneize se le sumó otro hecho que condicionó el partido: una entrada desmedida de Marcos Rojo le costó la segunda amarilla al capitán y ahora la resistencia debía ser con diez hombres. El aguante duró tan sólo ocho minutos, porque un remate lejano de Nelson Piquerez que se desvió en el camino se le hizo imposible a Romero y decretó el 1-1 con mucho tiempo por delante. A Boca, con uno menos y Barco sustituido tras la expulsión de Rojo, empezó a cerrarle la idea de los penales.
Los minutos finales fueron tumultuosos, con poco juego, golpes y algún entredicho entre los bancos. Sin embargo, quedaba tiempo para las últimas chances de gol. Palmeiras siguió yendo y casi lo gana con un centro desde la derecha que encontró a Rony, quien ensayó una chilena espectacular que Romero salvó increíblemente. Boca también tuvo un último avance mediante un tiro de Cavani que el arquero Weverton contuvo, pero nada impidió que la historia tenga que definirse en los penales.
A su juego lo llamaron: 'Chiquito' volvió a ser héroe en los penales
En lo que ya es historia conocida para Boca, la cosa esta vez no empezó bien. El primer penal de la noche fue para Cavani, pero su remate fue anunciado y Weverton se lo atajó. Con la presión encima, Romero respondió de manera espectacular tapándole un remate potentísimo a Raphael Veiga para dejar las cosas igualadas. Tras el acierto de Valdéz, otra vez llegó la mano de Chiquito, esta vez ante Gustavo Gómez. Faltaba aún, pero el arquero había encaminado la serie.
A la tanda le siguieron los aciertos de Nahuel Valentini y Nicolás Figal, en tanto que en Palmeiras el chico Kevin y el autor del gol Piquerez lograron vulnerar a Romero. De esta manera, la definición quedó en los pies de Pol Fernández, que con un remate violento decretó el pase de Boca a la final, su duodécima, de Copa Libertadores. El delirio de jugadores, cuerpo técnico e hinchas presentes en el Allianz Parque fue total. Tras luchar con diez, sufrir de más y aguantar hasta la definición por penales, las manos de Chiquito nuevamente, fueron heroicas.