Franco Colapinto vivió un fin de semana para el olvido en el circuito de Spa-Francorchamps durante la décima ronda de la Fórmula 2. El piloto argentino no solo abandonó la carrera, sino que también vio cómo sus aspiraciones al título se alejan aún más.
Colapinto, que había demostrado un buen ritmo al clasificarse séptimo el viernes, enfrentó una serie de dificultades durante las dos jornadas de competencia. El sábado, en la carrera sprint, luchó con un auto desajustado y una puesta a punto incorrecta, lo que lo hizo caer cuatro posiciones en las últimas vueltas.
El domingo, el panorama no mejoró. A pesar de una arrancada prometedora desde el séptimo puesto, Colapinto ascendió hasta la quinta posición antes de enfrentar problemas mecánicos graves. En la recta de Kemmel, uno de los sectores más rápidos de la pista, el auto sufrió una pérdida de potencia que terminó con el sueño del piloto argentino. Un fallo en el sensor del motor, que afectó a varios competidores durante la temporada, obligó a Colapinto a retirarse prematuramente.
En diálogo con ESPN, Colapinto expresó su frustración: “Nos vamos sin sumar por tercera vez consecutiva. Hoy perdimos muchos puntos, cuando era una carrera para terminar en el podio porque teníamos una buena estrategia. Cuando las cosas no salen, y se van de tu control durante tres carreras sobre el final del año, te da bronca”.
El piloto argentino identificó el problema como un fallo recurrente en un sensor del motor que, según él, “sobrecalienta” el motor y se rompe con frecuencia. “Ojalá se pueda solucionar y me lo cambien para Monza”, agregó Colapinto, visiblemente molesto pero esperanzado en una pronta solución. “Ahora es momento de estar con la familia en Argentina y volver recargado para lo que viene”.