Tal como se preveía en la previa del cotejo, que una derrota significaría la salida de Diego Martínez como entrenador de Boca Juniors, fue lo que ocurrió en la noche del sábado.
Tras la derrota ante Belgrano de Córdoba en La Docta, lo que significó la tercera caída en fila, el técnico anunció en zona de vestuarios que presentó su renuncia.
La situación del ex entrenador de Tigre, Huracán de Parque Patricios y Godoy Cruz Antonio Tomba de Mendoza era insostenible.
Con la eliminación en octavos de final de la Copa Sudamericana, quedó lejos de la lucha por el título en la Liga Profesional, actualmente fuera de la zona de clasificación a la próxima Copa Libertadores, la Copa Argentina es lo único que le queda a Boca para tratar de salvar el año.
Se vendrán días complejos para los de La Ribera: jugadores cuestionados, una dirigencia comandada por Riquelme que no acierta desde su inicio de gestión con el rumbo futbolístico: desde la salida de Miguel Ángel Russo en agosto de 2021, Diego Martínez es el sexto entrenador que pasa y se va del banco del Xeneize.
No parece ser simplemente resumirse a los pocos éxitos deportivos, sino que también pesa la crisis en el manejo de relaciones con jugadores, malas contrataciones y errores conceptuales que han llevado a la dirigencia a esta situación. El momento tiene muchos responsables; pero que hasta el momento nunca se han hecho cargo de sus decisiones.