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Miércoles 23 de Abril, Neuquén, Argentina
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Neuquén en medio de la errática política

En estos días se reflotó esa contradicción tremenda entre los yacimientos y las bocas de expendio de combustibles.
Sabado, 28 de octubre de 2023 a las 11:18

Hace unos días, la Secretaría de Energía de la Nación difundió una campaña con el eslogan siguiente: “Récord de producción de petróleo en el país: 645.500 barriles día en Argentina”. Ese número fue posible por el extraordinario aporte de Neuquén, con Vaca Muerta; y mucha gente no se explica cómo es posible, entonces, que haya en Argentina, simultáneamente, abundancia de petróleo y faltante de combustibles.

Las largas colas de automóviles en las estaciones de servicio, y las bocas de expendio cerradas, parecían una cosa del pasado, pero no: están en el presente, y forman parte de esas postales recurrentes, que, como la inflación, vuelven cada tanto al nivel de conciencia de una sociedad que olvida demasiado rápido.

Los neuquinos forman parte de ese olvido imperecedero y recurrente. Así, la indignada pregunta de por qué no hay nafta cuando somos principales productores de petróleo, también se ha formulado en estos días, igual que hace años, igual que en el siglo pasado, igual a tantas otras preguntas que siempre, fatalmente, quedan sin respuestas oficiales.

Hay una sola respuesta, rápida y también repetida mil veces: estas cosas ocurren por una política nacional energética errática, que termina siempre, o casi siempre, oscilando entre estatizaciones y privatizaciones, carencias de infraestructura, trabas para la exportación y la importación; y distorsiones de precios. Neuquén, hasta ahora, sólo ha podido quejarse. Los sucesivos gobiernos locales han despotricado contra esa notable incomprensión acerca de las variables inherentes al negocio global petrolero.

Ahora, claro, esto salta a la escena en un escenario electoral e híper-competitivo, que enfrenta a Javier Milei contra Sergio Massa; además, cae en medio de la transición entre el gobierno local de Omar Gutiérrez (MPN) y el de Rolando Figueroa (Comunidad). Por lo tanto, se potencia esa clásica inestabilidad de criterios y dogmas argentinos, y, es posible, nada se aclarará antes del amanecer, es decir, antes del 10 de diciembre.

La actual crisis de provisión de combustibles es explicada por los expertos más objetivos con dos argumentos centrales: primero, la distorsión de precios en un contexto de inflación; segundo, el hecho de que hay más petróleo que capacidad de refinación. Se le puede agregar, además, que las importaciones son posibles solo si el Estado quiere.

La situación pone en un brete a las definiciones locales que proyectan simpatías y antipatías hacia el escenario electoral nacional. Omar Gutiérrez acaba de respaldar explícitamente a Sergio Massa, el candidato también ministro de Economía, y, por ende, responsable en buena medida de lo que está ocurriendo. Neuquén tiene una gran falla histórica en el contexto federal: produce un bien que no controla totalmente, más allá de que tenga la propiedad del recurso. En concreto, tiene petróleo y gas, pero la comercialización de estos productos le es ajena. No puede completar el circuito, y, por lo tanto, está condenado a la queja o al aplauso de lo que otros hacen con el producido de su subsuelo.

¿Quién mejorará de la manera más rápida y eficiente esta situación? ¿Milei o Massa? El establishment neuquino mayoritario parece inclinado hacia Massa, aunque el propio Figueroa mantiene un calculado y prudente silencio al respecto. De hecho, en la reunión en Buenos Aires estuvo Arabela Carreras y Alberto Weretilneck (saliente y entrante en Río Negro) y el electo, actual senador, salió entusiastamente a vociferar en favor de Massa, con el eslogan de que el país está en peligro; en cambio, por Neuquén solo estuvo Gutiérrez…sin Figueroa. Esto no quiere decir que Figueroa tenga, tal vez, una simpatía demasiado distinta, pero implica, eso sí, una prudente distancia que es posible se sostenga hasta después del 19 de noviembre. Hay que apuntar aquí, además, que Figueroa lidera una coalición política que alberga a peronistas, radicales, kirchneristas, massistas, y liberales macristas y de los otros. Esto ha sido posible por el abierto paraguas local que tuvo un propósito electoral concreto, ya cumplido. Ese paraguas no quiere ser cerrado, todavía, y, mucho menos, guardado en el placar hasta próximas circunstancias.

Sucede que el país acepta las circunstancias electorales, pero sin frenar las contradicciones estructurales de su deficiente economía. Por eso, no hay nafta, aunque sobre petróleo, no hay carne suficiente, aunque haya vacas, no hay gasoducto lleno, aunque el gas abunde, y el pan no llega a muchas mesas, aunque el trigo sea proverbialmente suficiente. Alguna vez se entenderá que la riqueza no depende solo de los recursos, sino también, y fundamentalmente, del trabajo que se aplique a esos recursos.

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