El caso no tiene la espectacularidad que tuvo aquel difundido video de junio de 2016, que protagonizó el ex secretario de Obras Públicas del gobierno de Cristina Fernández de Kirchner, José López, mientras dejaba los bolsos con 9 millones de dólares, en un convento. No lo tiene. Pero sí tiene una denuncia seria y, hasta dónde se sabe bien documentada, que el contador Leandro Abel Rattá radicó en la Justicia neuquina.
Rattá pide que se esclarezca qué fue lo que ocurrió con los “44 millones de pesos” que el Ente Intermunicipal (ENIM) “le dio a una financiera llamada M&S Management S.A.”, para que supuestamente los multiplicara en la Bolsa (o en una mesa de dinero) y que se perdieron como por arte de magia. Eso ocurrió en 2013 e -intereses mediante- al día de hoy “la deuda (por este y otros asuntos) asciende a un total de 4.480 millones de pesos”, según consta en la denuncia.
El ENIM es el organismo que administra las regalías provenientes del yacimiento de gas El Mangrullo y está bajó la órbita de las municipalidades Cutral Có y Plaza Huincul. “Ese dinero desaparece, no figura en ningún lado. En los estados contables se judicializa esa deuda, pero no en la fiscalía correspondiente a la jurisdicción sino en la Comisión Arbitral de Valores, a pesar de ser fondos públicos”, explicó Rattá.
Ya en su denuncia inicial había advertido sobre un supuesto “manejo discrecional del Ente, lo que lo transformaría en una verdadera caja negra de la política” Es aquí donde lo denunciado se asocia con viejas y crecientes sospechas de sectores de la sociedad sobre el manejo de fondos públicos para campañas partidarias y con la ausencia de explicaciones acerca del destino de esos recursos. Son recursos que hacen a una comarca petrolera rica, pero con habitantes pobres y carencias de servicios; entre ellos, paradójicamente, el de gas.
El Mangrullo les fue cedido a ambas comunas luego de la pueblada de 1996. Y, ahora, la denuncia de Rattá -argumentada en parte con el balance 2021 del propio ENIM- cayó como una bomba en esa región, especialmente en Cutral Có. Es que tanto esta ciudad como su vecina Plaza Huincul transitan por el último tramo de las campañas rumbo a las municipales del 23 de julio y estas cuestiones no son sencillas de explicar. El escenario es, entonces, atípico. Es decididamente inusual.
Ramón Rioseco, quien busca regresar a la Intendencia de Cutral Có tras dos gestiones consecutivas de su hermano, José, gobernó la ciudad entre diciembre de 2007 e idéntico mes de 2015, por lo que era el jefe comunal cuando ocurrió aquello de los millones confiados a la financiera que, en realidad, mucha experiencia no acreditaba, porque había sido constituida apenas unos años antes, durante 2004, en la ciudad de Buenos Aires.
Ramón es el conductor del Frente y la Participación Neuquina y es conocido socio político del Frente de Todos (hoy Unión por la Patria), del que hace apenas un puñado de meses fue candidato a gobernador.
Desde lo formal, busca regresar a la Intendencia. Desde lo práctico, está claro que nunca se fue y que José no ha sido más que un simple administrador al servicio de su hermano. En la práctica, no hubo una auténtica alternancia en el poder, por lo que se burló al espíritu de la ley y al burlarse de la ley, también se burló al electorado; es decir, de los ciudadanos de Cutral Có.
Los procederes de Ramón Rioseco en su pago chico, están cruzados por denuncias públicas sobre presunto clientelismo político, contratos precarios (con sueldos de hambre) en la administración municipal y hasta por una supuesta inclinación hacia la "manu militari". Es decir, se lo acusa de cierta tendencia a aplicar el rigor hacia quienes se atreven a desafiarlo y uno de los más obedientes es precisamente su lugarteniente, José.
Tal es el régimen que ha instaurado en Cutral Có, que -por lo bajo- se dice que, si no fuera por la prohibición expresa de las normas provinciales, haría lo que hace Gildo Insfrán (PJ) en Formosa, provincia a la que gobierna desde el 10 de diciembre de 1995, reforma constitucional mediante.
El veterano Insfrán, ha sido objeto de denuncias de corrupción y clientelismo. También de impedir el desarrollo armónico de las economías provinciales, para incrementar la dependencia que buena parte de la población tiene del Estado. También en Cutral Có buena parte de la población depende de los sueldos o de las dádivas municipales y eso supone vulnerabilidad frente a las presiones de quien maneja la caja; y la del ENIM, por ejemplo, es una importante caja.
Formosa es una provincia de la que poco se habla y de la que muy poco se sabe. Insfrán se ocupa de que así sea; eso está claro. Y Cutral Có es una ciudad en la que el jefe del intendente, Ramón, procura que no se hable o, llegado el caso, que se hable bien de él. La metodología que para ello aplica o hace aplicar al menos con periodistas y medios de la ciudad es añosa y grosera: sólo pauta o hace pautar publicidad en aquellos medios que sucumben ante semejantes procederes. La agencia a la que el municipio contrata hace años para disponer de los fondos públicos (porque Rioseco también terceriza) asigna y discontinua, aumenta o disminuye según el comportamiento que los medios y periodistas tengan, una práctica autoritaria que atenta contra los principios de transparencia y rendición de cuentas en la gestión pública. En definitiva, el sistema aplicado tanto en el municipio como en el ENIM tiende a evitar que los ciudadanos estén informados sobre las decisiones y acciones que se toman en su nombre.
Claro está que la publicidad de los actos públicos contribuye a prevenir y combatir la corrupción, al permitir que los ciudadanos y la sociedad en general puedan conocer y evaluar las acciones de los funcionarios.
Volviendo al tema, el período del ENIM que está bajo la lupa se extendió entre 2009 y 2013, en Plaza Huincul alcanzaría tanto a la gestión de Alberto Crespo (kirchnerista), quien asumió en 2007, como a la de Juan Carlos Giannatassio (MPN), quien asumió en 2011 y fue reelecto en 2015. El actual jefe comunal es Gustavo Suárez (también del MPN), quien va en busca de su reelección y en cuyo período se elaboró el balance 2021, que despertó las sospechas de Rattá.
En fin. Hasta abril, Rioseco era considerado como uno de los imbatibles, tal como también lo era el MPN a nivel provincial, pero los vientos de cambios que soplan desde entonces buscan llegar a la comarca justificados en la sospecha (¿o certeza?) que Rioseco formó parte de la estrategia del MPN azul para dispersar el voto opositor y evitar el triunfo de Rolando Figueroa, a cambio obtendría del MPN la intendencia de Cutral Có servida sin candidatos competitivos a la vista.
Así es como el Frente liderado por el gobernador electo decidió competir y -en función de ello- no sólo consiguió el respaldo de quien iba a ser el candidato por el MPN en la ciudad, César Pérez, sino también el del sector Azul y Blanco, que conducen los dirigentes del gremio Petrolero, Guillermo Pereyra y Marcelo Rucci.
Figueroa priorizó las elecciones municipales por sobre las PASO y les dio su decidido apoyo tanto a Rubén “Ojito” García, candidato a intendente en Cutral Co como a Claudio Larraza, en Plaza Huincul. Puede ganar o perder, pero está claro que eligió avanzar contra aquello que se propuso y prometió cambiar.
Tanto García como Larraza sufrieron acciones de la vieja política. A Larraza intentaron quemarle una sede partidaria, de hecho hubo un principio de incendio. Al tiempo que García denunció amenazas contra él y su familia provenientes, dijo, de sujetos vinculados al municipio. Suárez repudió el ataque al local de Larraza. Y Rioseco hizo lo propio con las amenazas a García, pero en Cutral Co los cruces de acusaciones continuaron.
Así ingresaron a la última semana de campaña, con la expectativa por desentrañar si las comunidades de ambas ciudades también están dispuestas a sumarse al cambio o si, por el contrario, prefieren la continuidad.