La relación entre el gobierno de Río Negro y el gremio docente UnTER llegó a un punto de no retorno. Alberto Weretilneck mantiene de rodillas al sindicato docente: impulsó un proyecto ajeno de esencialidad, recortó las licencias médicas y mandó a la conducción a las aulas. Los maestros plantean medidas de fuerza regionales con una caída significativa en la adhesión, no por falta de convicción sino por los descuentos que ahogan a los asalariados.
El clíma de época, al que tan bien se adapta el madatario, le llevar avanzar sin tregua. No sólo el cambio de modelo de gobierno en Nación, sino también se aprovecha del conflicto interno entre la conducción central y seccionales rebeldes como Cipolletti, Allen, Sierra Grande y Bariloche. Esta dinámica no es nueva; las seccionales opositoras dominaron los congresos. UnTER queda dividido y vulnerable.
La democracia que se rige en base a votaciones y decisiones planteadas por las mayorías, mantiene al gremio en una encrucijada permanente. Pasó en julio cuando fueron al receso con medidas de fuerza planteadas y pedían por favor volver a paritarias. El gobierno emparenta a la conducción con el kirchnerismo rionegrino y denuncia que el conflicto permanente prepara el terreno para la campaña 2027. Con ATE en silencio (Rodolfo Aguilar se reunió con el gobernador en Cipolletti), UPCN sin poder de movilización, SiTraJur sin representatividad y con sus líderes obligados a dar un paso al costado por una reforma planteada por el STJ, el díscolo sindicato docentes es el que le presenta mayor batalla a Weretilneck.
El gobernador impone su discurso sin respuestas por parte de los docentes. Agita que los rionegrinos son los mejores pagos del país. UnTER no lo desmiente. El dato surgió de la propia CTERA, que llegó primero al gobierno. Como excusa, la conducción se escuda en el costo de vida en localidades cercanas a Vaca Muerta marcado por la industria petrolera y sus sueldos siderales; o Bariloche con costos en dólares. El gobierno remarca que hubo 21 paritarias.
También se enumera la actualización del importe de movilidad y el pago del Fondo de Incentivo Docente que Río Negro garantizó apenas Javier Milei puso en marcha la motosierra, este punto representaba casi el 10% del sueldo de un maestro. Todo es cierto, pero no puede convertirse en una coartada para la falta de respuestas frente a las demandas de los trabajadores.
La intención del gobierno de que los docentes permanezcan en las aulas no es un acto de bondad. Más bien aparece como una estrategia para disciplinar, lo mismo que la decisión de cortar las licencias gremiales. Asi se plantea la ley de Esencialidad, como también la contratación de la cuestionada empresa Dienst para controlar licencias médicas sin parámetros establecidos. UnTER aclara que no se opone a la rigurosidad, aunque solicita reglas claras. Y señala a las Juntas Médicas como las encargadas de hacerlo.
Lo cierto es que Weretilneck ya mostró algunos números. En septiembre, el control que lleva adelante la empresa bahiense (ligada en algún momento a la familia Moyano) permitió un ahorro de 1.500 millones de pesos al recortar el 50% de las licencias solicitadas. Aseguró que fueron casi 38 mil días. Números que impactan e imposibles de verificar. Es más, pese al intento de la oposición, aún no se conoce cuánto le demanda al Estado la contratación de Dienst.
En este contexto la pelea es desigual. El gobernador se sube a una demanda popular y lo aclaró en Jacobacci ante un planteo del gremio "por cosas como estas gana Milei". Mientras, UnTER mantiene una esquema de medidas de fuerzas regionales con un porcentaje de acatamiento que cae abruptamente, no por convicción sino por necesidad. El descuento de los días no trabajados impacta de sobremanera en los salarios. Las consecuencias económicas se sienten en sus hogares. Y las educativas, en los alumnos.