Jorge Marziali se fue de este mundo sorpresivamente en Cuba, luego de visitar la tumba del Che Guevara, hace unos años. Siempre de recorrida por su patria grande, Marziali no podría haber elegido un lugar para morir que no sea en su territorio:América Latina.
Había nacido en Guaymallén, Mendoza y por todo el país, anduvo siempre cantándole a la gente, mirando agudamente cada rincón habitado por la alegría y la pobreza, por el amor y el desencanto por la dulzura de sus mujeres y la desnudez de sus denuncias poéticas. Giribaldi, Jauretche quedaron plasmados en su obra y grandes exponentes de la música popular lo cantaron sin dudar de su mensaje.
Estuvo en Neuquén muchas veces. Cantando para chicos y grandes. En las casas de amigos guitarreando asados y brindando por la vida con vinos de profundo sabor.
Marziali le habló a la Patria en su idioma de poeta empecinado, y hoy en el día de esa patria tan amada y castigada, no puede faltar su voz.