En junio de 1963, hace exactamente 60 años, se lanzó al mercado el primer single de una de las bandas más legendarias de la historia del rock: The Rolling Stones. Se trataba de una versión de Come On, una canción escrita e interpretada por Chuck Berry en 1961. El lado B contenía otra adaptación de un clásico del blues: I Want to Be Loved, de Muddy Waters.
Los Rolling Stones se habían formado en Londres en 1962, por iniciativa del multiinstrumentista Brian Jones, quien reclutó al cantante Mick Jagger (79), al guitarrista Keith Richards (79), al pianista Ian Stewart, al bajista Bill Wyman y al baterista Charlie Watts. Influenciados por el rhythm and blues y el rock and roll estadounidense, los Stones comenzaron a tocar en clubes y bares, ganando una creciente reputación por su actitud rebelde y desafiante.
En 1963, el joven empresario Andrew Loog Oldham se convirtió en su mánager y les consiguió un contrato con la discográfica Decca Records, la misma que había rechazado a los Beatles. Oldham les sugirió que grabaran un single potente para darse a conocer y poder hacer un álbum después. Sin embargo, Jagger y Richards aún no componían sus propias canciones, por lo que tuvieron que recurrir a su colección de discos y elegir alguna para versionar.
Finalmente, se decidieron por Come On, de Chuck Berry, una canción que les gustaba por su ritmo contagioso y su letra provocativa. La grabaron el 10 de mayo de 1963 en los Olympic Sound Studios de Londres, con Oldham como productor y Roger Savage como ingeniero de sonido. Según Savage, la sesión fue improvisada y rápida: “Accedí a grabarlos sin que me pagaran, porque no tenían dinero, así que una noche nos colamos en los estudios Olympic. Armamos todo rápidamente y grabamos cuatro canciones”.
El resultado fue una versión más acelerada y menos sofisticada que la original de Berry, con una voz rasposa de Jagger, una guitarra rítmica de Richards, una armónica de Jones, un piano discreto de Stewart, un bajo pulsante de Wyman y una batería sólida de Watts. La canción duraba apenas un minuto y cuarenta y cinco segundos, lo que la hacía ideal para las radios.
El single se publicó el 7 de junio de 1963 con el sello Decca. Fue el primer disco de los Rolling Stones en las tiendas de música y el inicio de su larga carrera discográfica. Aunque no fue un gran éxito comercial (alcanzó el puesto 21 en las listas británicas), sí fue un hito histórico para la banda y para el rock en general.