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Alemania dejará de hacer test para detectar coronavirus

El país supera los 20 mil contagios diarios ante el inicio de la temporada de gripe, por lo que apunta a concientizar sobre el distanciamiento.
Domingo, 08 de noviembre de 2020 a las 00:00

En los últimos días, Alemania supera los 20.000 contagios diarios, un nivel de expansión del virus que dobla los niveles máximos que se alcanzaron durante la primera ola. A partir de ello y ante el inicio de plena temporada de gripe, los expertos aconsejan al gobierno alemán un giro radical de estrategia: abandonar los test masivos y volcar la capacidad de los laboratorios en los grupos de riesgo.

Esta recomendación fue anunciada por el Instituto Robert Koch (RKI), que hasta ahora ha guiado al gobierno de Berlín por una senda relativamente exitosa en la gestión de la pandemia, pero sus consejos se vuelven ahora inquietantes.

Actualmente, la máxima autoridad en coronavirus de Alemania no quiere que todas las personas con síntomas leves de coronavirus, como dolor de garganta, tos o dificultad para respirar, se hagan una prueba para diagnosticar si han contraído el virus, sino que, sencillamente, se queden en casa.

No es un capricho, sino que en otoño e invierno hay demasiadas personas enfermas con síntomas de este tipo, catarros y gripes, y testar a todos ellos, sin dudas sobrecargaría los laboratorios.

Thomas Assmann, especialista en medicina interna y medicina de emergencia, dijo que “se está alcanzando el límite de la capacidad de test”, por lo tanto, tiene sentido que solo las personas con síntomas graves y más específicos de coronavirus, como bronquitis o alteración del sentido del olfato, sean sometidos a test, junto a todos los miembros de grupos de riesgo (enfermos o ancianos).

Con esta recomendación de RKI, cuyo departamento de Virología está dirigido por el principal consejero en esta materia del gobierno alemán, Christian Drosten, se prescindiría ya del objetivo declarado del gobierno de identificar con rapidez a todas las personas infectadas y rastrear sus contactos. Sin embargo, esto ya no es posible.

Así es que, la canciller Angela Merkel reconoció que en el 75% de las nuevas infecciones no se consigue ya trazar la cadena de contagios, lo que resta efectividad al objetivo de los test, que es limitar la expansión del virus. Entonces, a partir de ahora, sólo "los casos con mayor riesgo de un curso severo" deberían ser reconocidos y tratados a tiempo y, como consecuencia, las personas más jóvenes con infección por coronavirus podrían pasar desapercibidas y se sumarían a las asintomáticas.

Asumiendo este riesgo, el RKI quiere proteger a los ancianos, por lo que el seguimiento de personas infectadas y personas de contacto se centraría en los grupos de riesgo.

Se supo que hubo varios virólogos recomendando esto hace tiempo, para que se “utilicen importantes recursos sanitarios con grupos de riesgo, aunque eso suponga vigilar menos al resto de la población", pero la canciller Merkel había rechazado la propuesta porque “no estaba convencida”.

En cambio, con el RKI a favor de esta estrategia, la medida tendrá más peso y se tendrá en cuenta en la próxima reunión del gabinete de Berlínb.

Por otra parte, y en el mismo contexto, el gobierno alemán cuenta con otro problema por resolver: una de cada cuatro mascarillas que se comercializan en el país no superan el control de calidad. El Ministerio de Sanidad encargó testear unas 3.000 mascarillas FFP2 y FFP3, entre un 25% y un 30% fallan en las funciones de filtro.

 Igualmente, se recomienda fervientemente su uso ya que las mascarillas FFP2 y FFP3 interceptan entre el 97% y el 98% de los aerosoles, mientras que las caseras solo bloquean un 10% .

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