El gobierno italiano halló escondidas en un depósito de ese país unas 29 millones de dosis de la vacuna contra el coronavirus desarrollada por AstraZeneca y la Universidad de Oxford, que supuestamente estaban ya preparadas para su exportación a Reino Unido, y cuya existencia no había informada a las autoridades comunitarias.
La dosis fueron encontradas en una planta de la empresa Catalent, cerca de Roma, después de que así lo advirtiese la Comisión Europea. Al menos parte de este material habría sido producido en Países Bajos por la firma Halix, una subcontratada de AstraZeneca con capacidad para generar 5 millones de dosis al mes.
El escándalo es tal, ya que los fármacos localizados en Italia son casi el doble de los que recibió hasta ahora la Unión Europea (UE) por parte de la farmacéutica y, según el periódico "La Stampa", su destino final era el Reino Unido, que las habría comprado para garantizar una segunda dosis a casi 15 millones de personas.
La noticia trasciende precisamente el día en que el Ejecutivo comunitario adoptará una modificación del mecanismo de control creado para impedir la exportación de vacunas al exterior por fabricantes que estén incumpliendo sus compromisos de venta a los países de laUE. Hasta ahora sólo se utilizó este mecanismo para frenar la salida de vacunas una única vez en el mes y medio que lleva en marcha y fue para bloquear una partida de AstraZeneca también preparada para el envío desde Italia, aunque con destino a Australia.
Tal como sucede en Argentina, los constantes atrasos de AstraZeneca con las entregas comprometidas con los socios de la UE, mientras abastece sin retrasos a Reino Unido con lo producido en plantas europeas, elevaron la tensión entre los países.