La guerra entre Israel y Hamas ha dejado consecuencias en la política doméstica británica. En las últimas horas, el primer ministro Rishi Sunak destituyó a la ministra de Interior, Suella Braverman, quien había acusado a la Policía de tener un doble estándar y de favorecer a los manifestantes propalestinos.
En un artículo publicado días atrás, Braverman había pedido a la Policía Metropolitana de Londres que prohibiera la marcha por temor a disturbios y a fomentar el antisemitismo. A partir de entonces, el propio partido gobernante comenzó a presionar a Sunak para que exigiera la dimisión de Braverman.
Más de 300.000 personas, en su mayoría con banderas y pancartas, marcharon este sábado por el centro de Londres para pedir un alto el fuego en Gaza, pero la Policía se vio obligada a detener a más de 80 personas, parte de un grupo de extrema derecha, que buscaban alterar esa protesta pacífica, cuyo destino final fue la embajada de EE. UU.
El reemplazante de Braverman será James Sullivan, hasta ahora ministro de Exteriores. Por ende, Sunak también debió buscar un nuevo ministro para esa cartera. El elegido fue el ex primer ministro James Cameron, recordado por haber perdido el referéndum sobre el Brexit, que derivó en la salida del Reino Unido de la Unión Europea. Su nombramiento causó enorme sorpresa en medios de comunicación y analistas del Reino Unido.
Sunak tenía previsto hacer cambios de gabinete antes de fin de año, pero la situación lo obligó a adelantarlos. Reino Unido enfrenta elecciones generales en 2024.