Unos 15.000 mineros llegados de varias partes del país bloquearon el centro de la ciudad de La Paz, Bolivia, impidiendo el transporte público. Las cooperativas mineras están presionando al gobierno de Luis Arce para que atienda un pliego de diez reclamos, entre los que se destaca la adjudicación de nuevas licencias para la explotación de oro en zonas que los ambientalistas reclaman como áreas forestales y protegidas.
"Es terrible, todos los grupos ambientalistas estamos en emergencia [...] es increíble que se quiera echar mano de las áreas protegidas", señala la activista Eliana Torrico a la AFP.
Uno de los dirigentes de la movilización, Ricardo Balmaceda, señaló a la prensa que las organizaciones elevaron "solicitudes en todo el país" para obtener nuevas licencias de explotación. Sin embargo, negó que pretendan acceder a reservas naturales, pese a la advertencia de los ecologistas.
La ambientalista Torrico insistió en que la presión de los mineros auríferos tiene en riesgo a zonas protegidas, como el Parque Natural de Madidi, una reserva de casi 19.000 kilómetros cuadrados en el noroeste de Bolivia. El oro está asociado al mercurio, un metal tóxico que contamina las fuentes hídricas con un altísimo impacto para el ambiente y la salud humana.
"Además en muchos casos la explotación es ilegal, por ejemplo, en el Río Madre de Dios, en Riberalta, Beni, donde más de 25 dragas operaban al margen de la ley, lo que motivó la intervención policial", señaló a la AFP el experto Gary Rodríguez, Gerente General del Instituto Boliviano de Comercio Exterior.
Por lo pronto, el gobierno se ha declarado dispuesto a dialogar con los manifestantes, aunque de momento no está programado un encuentro con el presidente Arce, como exigen las cooperativas tras meses de fallidas negociaciones con autoridades.