Otro tiroteo masivo se produjo en Estados Unidos. Esta vez el hecho ocurrió en la ciudad de Cleveland, ubicada a unos 70 kilómetros al noreste de Houston. Cinco personas de nacionalidad hondureña fueron asesinadas en su casa, entre ellas un niño menor de ocho años de edad. El tirador, identificado como Francisco Oropeza, de nacionalidad mexicana, se fugó.
Entre los sobrevivientes se hallaron dos bebes que fueron encontrados debajo de los cuerpos de dos mujeres muertas que, según la policía, los protegieron de las balas.
Según información de la policía, el atacante entró a la casa de sus vecinos después de que éstos le pidieran que dejara de practicar tiro en el jardín con un arma semiautomática porque era muy tarde y su bebé estaba intentando dormir.
El ministro de Exteriores de Honduras, Enrique Reina, aseguró que el Consulado del país centroamericano estaba en contacto con las autoridades en Texas. "Exigimos se aplique todo el peso de la ley contra los responsables de este crimen", subrayó en Twitter. También expresó las "condolencias a los familiares de las víctimas".
Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de EE.UU., los incidentes con armas de fuego son la principal causa de muerte de niños y adolescentes de EE.UU.