El gobierno ucraniano afirmó que Yevgueni Prigozhin, líder del grupo de mercenarios Wagner, humilló al Kremlin y a Vladimir Putin, y evidenció el desgaste del poder de la dirigencia moscovita. Si bien en las últimas horas depuso la actitud, Wagner se había levantado contra Putin y comenzado a tomar ciudades rusas en su avance hacia Moscú.
"Fue una elección fenomenal... Casi anulas a Putin, tomas el control de las autoridades centrales y de pronto te retiras... porque un intermediario de dudosa reputación (Alexander) Lukashenko te promete garantías de seguridad", escribió con tono irónico el asesor de la presidencia de Ucrania, Mijailo Podoliak, en su cuenta en Twitter.
En los últimos días, el grupo Wagner había decidido poner a Putin contra las cuerdas. De pronto, en una decisión sorpresiva, dejaron de avanzar sobre Ucrania para comenzar a avanzar sobre Moscú. Embanderados en disidencias al interior de la conducción de defensa de Rusia, Wagner hostigó a Putin hasta forzar una mediación. La misma estuvo a cargo del presidente bielorruso, Alexander Lukashenko. En su cruzada, Wagner llegó a posicionarse a 200 kilómetros de Moscú y obligó a Putin a decretar casi un estado de sitio hasta el próximo fin de semana.
El acuerdo alcanzado bajo el auspicio de Lukashenko consiste en que Prigozhin se traslade a Bielorrusia sin que haya cargos contra él, así como que tampoco se procese a los "wagneritas" que formaron parte de su motín.