El propio ex presidente de Estados Unidos Donald Trump se encargó de informar que fue imputado por el departamento de Justicia de Estados Unidos por la presunta comisión de siete delitos federales por el manejo de los documentos clasificados que se llevó ilegalmente a Mar-a-Lago, su mansión en Palm Beach, Florida, y retuvo allí pese a los requerimientos para que los entregase.
“La corrupta Administración Biden ha informado a mis abogados de que he sido acusado, aparentemente por el tema de las cajas, a pesar de que Joe Biden tiene 1.850 cajas en la Universidad de Delaware, cajas adicionales en Chinatown, D.C., con aún más cajas en la Universidad de Pensilvania, y documentos esparcidos por todo el suelo de su garaje donde estaciona su Corvette, y que está ‘asegurado’ solo por una puerta de garaje que es de papel fino, y abierta la mayor parte del tiempo”, escribió el propio Trump en un mensaje en redes sociales.
El fiscal especial Jack Smith, nombrado por el Departamento de Justicia, decidió dar el histórico paso tras culminar su investigación y la imputación ha sido aprobada por un gran jurado en Miami (Florida). El expresidente está citado a comparecer el martes ante el tribunal.
Trump enfrenta una serie de investigaciones en varios estados y lugares mientras hace campaña para regresar a la Casa Blanca.
Los demócratas dicen que la acusación muestra que Trump no está por encima de la ley y que es una afirmación del sistema de justicia estadounidense. “Durante cuatro años actuó como si estuviera por encima de la ley. Pero debe ser tratado como cualquier otro infractor de la ley. Y hoy lo ha sido”, tuiteó el representante Adam Schiff de California, quien saltó a la fama nacional como fiscal principal en el primer juicio político contra Trump.
Por su parte, los principales dirigentes republicanos acusan al gobierno federal de persecución política. El gobernador de Florida, Ron DeSantis, el principal rival dentro de los republicanos tuiteo: “La militarización de la aplicación de la ley federal representa una amenaza mortal para una sociedad libre. Durante años hemos sido testigos de una aplicación desigual de la ley según la afiliación política”.
Otros republicanos de alto rango, incluido el presidente de la Cámara de Representantes, Kevin McCarthy, han usado un lenguaje similar en sus respuestas a la acusación, que describen como una persecución política.