Israel negó ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ) las acusaciones de comisión de genocidio contra la población palestina durante la guerra contra Hamás en Gaza. Según el gobierno de Netanyahu, se trata de una "distorsión grosera" de la realidad y un esfuerzo implícito para privar al país de su "derecho a la autodefensa".
El asesor legal del Ministerio de Exteriores de Israel, Tal Becker, responsabilizó por completo a Hamás y al resto de los grupos terroristas palestinos por la situación actual. "Si han ocurrido actos de genocidio, han sido perpetrados contra Israel", dijo. Becker también aclaró que Israel ha actuado siempre de conformidad con la ley "a pesar del desprecio absoluto sobre el derecho Internacional exhibido por Hamás", una organización que es la única responsable del "atroz sufrimiento" de los civiles palestinos e israelíes.
Becker también denunció a Hamás por su "aberrante método bélico" que "ha insertado de manera sistemática e ilegal en colegios, mezquitas y hospitales". En resumen, el asesor israelí ha esgrimido que la acusación de Sudáfrica carece de la base fundamental que caracteriza al delito de genocidio, esto es, "la intención de destruir a un pueblo en parte o en su totalidad".
Por su parte, Malcolm Shaw, también parte de la representación legal israelí, aseguró que no existen pruebas que ameriten una acusación de genocidio. Shaw pidió ser cuidadosos con la calificación de genocidio. "Si las acusaciones de genocidio se convierten en moneda común, la esencia de este crimen acabaría perdiéndose", completó.