Mañana por la mañana vencen las 72 horas de plazo que el gobierno de Nicolás Maduro les dio a los diplomáticos de distintos países para que abandonen Venezuela. La embajada Argentina es una de las que más peligro corrió en estas jornadas, porque en ella se refugian opositores al régimen, que deberán ser trasladados a algún sitio seguro, de los que no abundan en este momento en ese país.
Considerando que el espacio aéreo venezolano está vacío, porque se suspendieron la mayoría de los vuelos comerciales, especialmente los de nuestro país, los cinco diplomáticos argentinos y sus familias, deberán partir hacia Lisboa (Portugal), para luego de algunas combinaciones, poder arribar a Buenos Aires.
Los ciudadanos venezolanos asilados desde el 20 de marzo de este año, no cuentan aún con el salvoconducto otorgado por el gobierno para salir de la residencia con garantías y no ser detenidos, por lo que las negociaciones diplomáticas a esta hora son contínuas.
Las personas que están refugiadas son Pedro Urruchurtu Noselli, Humberto Villalobos, Claudia Macero, Omar González, Fernando Martínez y Mottola y Magalí Meda, todos pertenecientes a la línea de Corina Machado, la proscripta excandidata a la presidencia.
El gobierno argentino buscó hacer valer el artículo 19 de la Convención de Asilo, que indica que todas las personas que se encuentren en esa situación, deben salir en las mismas condiciones que quienes deban abandonar la embajada por la ruptura de relaciones entre los países, pero Maduro no reconoce ese precepto internacional.
Debido al peligro que corren los militantes asilados, la embajada de Estados Unidos en Caracas emitió una declaración solicitando que se detengan "las amenazas y persecución en contra de los miembros de la oposición democrática resguardados en la embajada de Argentina en Caracas, haciendo además "un llamado para la aprobación inmediata de su salvoconducto".
Mientras tanto, las calles de Venezuela siguen colmadas de protestas, que se pretenden acallar con "grupos de tareas" que recorren las ciudades apresando a opositores, incluso llevándoselos desde el interior de las viviendas, según señalan los testigos oculares, e intimidando a quienes intentan manifestar su descontento.
Maduro, por su parte, sigue ocupando espacios televisivos con largos discursos y la Constitución en la mano, pero ordenando que Corina Machado, y el candidato y supuesto ganador de las elecciones Edmundo González Urrutia sean detenidos y juzgados. " “Esa gente tiene que estar tras las rejas y tiene que haber justicia”, señaló el mandatario en una rueda de prensa con corresponsales extranjeros. “Yo diría como jefe de Estado que haya justicia”.
Paralelamente se denunció, que con ayuda de China, en estas horas se imprimen actas apócrifas del escrutinio, que serían las que el dictador ahora estaría dispuesto a mostrar. La oposición se prepara para que veedores certifiquen su validéz, dado que como mínimo, deberán tener las firmas de los integrantes de las mesas.
La tensión y el miedo crecen en Venezuela, mientras el mundo mira azorado lo que ocurre y lo que el régimen de Maduro intenta imponer. Líderes de la región exigen que se muestren los resultados de manera transparente, lo que no ha ocurrido a pesar de los días transcurridos.
En la Argentina, y ante la evidencia, también comenzaron a alinearse tras los reclamos los dirigentes que históricamente apoyaron al gobierno Chavista, como Sergio Massa, Máximo Kirchner, Alberto Fernández y miembros de La Cámpora, que en las últimas horas desmintieron haber dado su acuerdo para figurar en un listado que Maduro presentó como las organizaciones internacionales que lo apoyan.
Hasta el momento, y en medio del caos social y político generado por los resultados fraudulentos de las elecciones, ya se habla de 14 personas asesinadas, y más de un centenar de detenidos, producto de las protestas populares.