Esta semana, un grupo terrorista fue acusado de planificar un atentado contra el Papa Francisco y fueron arrestados. Fue durante su visita a Indonesia entre el 3 y 6 de septiembre.
Según se informó este viernes por la noche, la unidad antiterrorista Densus-88 explicó que la Policía de Indonesia arrestó, entre el 2 y 3 de septiembre, a siete personas en las ciudades de Bogor y Bekasi, cerca de Yakarta.
Las autoridades realizaron registros de las viviendas de los detenidos, cuyas identidades no han sido reveladas. En una de ellas, se confiscaron arcos y flechas, un dron y material propagandístico del Estado Islámico, lo que refuerza las sospechas sobre los vínculos del grupo con el terrorismo internacional.
Aswil Siregar, portavoz de Densus-88, indicó que aún continúan las investigaciones para determinar si los siete detenidos pertenecen a la misma célula terrorista o si actuaban de manera independiente. “Aún no se ha establecido si los sospechosos se conocían entre sí”, afirmó Siregar.
El papa Francisco visitó Indonesia, el país con mayor población musulmana del mundo, en una gira destinada a promover la paz y la unidad religiosa. Durante su estancia, el pontífice acudió a la mezquita Istiqlal en Yakarta, la más grande del sudeste asiático, donde se reunió con el imán Nasaruddin Umar.
Ahora, desde Papúa Nueva Guinea, el santo padre pidió este sábado una explotación justa de los recursos naturales de manera que promuevan “el bienestar de todos” en una comunidad. En su primer discurso en Port Moresby, habló sobre los recursos de la tierra y de las aguas del país. "Estos bienes están destinados por Dios a toda la colectividad”, dijo el pontífice argentino.
Esta riqueza “compromete a todos, gobernantes y ciudadanos juntos, a favorecer todas las iniciativas oportunas para valorizar los recursos naturales y los recursos humanos, de tal modo que se pueda dar vida a un desarrollo sostenible y equitativo, que promueva el bienestar de todos”, continuó.
A pesar de esto y de grandes inversiones multinacionales de Canadá, Australia o China, con una población mayoritariamente cristiana, Papúa Nueva Guinea es uno de los Estados más empobrecidos e inestables del Pacífico, escenario de recurrentes violencias tribales contra las que se pronunció el papa en su discurso.