Una familia tipo argentina, con cuatro componentes, necesitó 72.365 pesos para no ser pobre considerando la canasta básica de alimentos. Si se contempla solamente la canasta alimentaria la cifra calculada es de 30.925 pesos. La canasta alimentaria, que se limitada a bienes de primera necesidad, es la que configura la “línea de la indigencia”:
La canasta básica además de alimentos incluye otros ítems del gasto como indumentaria, salud, transporte o educación, y determina la denominada “línea de pobreza, que en los primeros seis meses del año fue del 40,6 por ciento, afectando a casi 19 millones de personas. La indigencia -entre los que se encuentran los jubilados que cobran la mínima- es del 10,7 por ciento de la población, alcanzando a casi 5 millones.
El pico de pobreza por el impacto de la crisis sanitaria tuvo lugar en el indicador del segundo semestre de 2020, cuando el indicador escaló hasta el 42 por ciento.
La fuerte suba de la canasta básica del último año se contrasta con la variación de los ingresos, especialmente en el sector informal donde se calcula una pérdida del 17 por ciento. En cambio los asalariados, especialmente del sector público, lograron una mínima ventaja sobre la inflación entre enero y septiembre del 2021.