Un acto realizado por la Unión Obrera Metalúrgica (UOM) en la localidad bonaerense de Pilar fue el lugar elegido por la vicepresidenta, Cristina Fernández de Kirchner, para volver a la escena pública. Allí, quien gobernó la Argentina entre 2007 y 2015 volvió a arremeter contra el funcionamiento de la Justicia y afirmó que, en el marco de la causa que investiga el intento de magnicidio en su contra, “me quieren como acusada, pero no de víctima”.
"Hay una Justicia que no va a investigar nada, ya estoy resignada, me quieren como acusada, pero no de víctima. No les sirvo como acusada, pero sí de víctima a ese partido judicial", aseguró la expresidenta, al referirse al avance de la investigación del fallido atentado que sufrió en septiembre pasado, en la puerta de su domicilio del barrio porteño de la Recoleta.
La vicepresidenta también aprovechó la ocasión para asegurar que aquellos manifestantes e “indignados” que han agredido e insultado a distintos dirigentes del Frente de Todos son “gente pagada” por empresarios allegados al gobierno de Mauricio Macri. Incluso, afirmó que algunos de ellos “fueron funcionarios que endeudaron al país”.
En esa línea, si bien reconoció que hay “gente indignada por las cosas que pasan” en el día a día, Fernández de Kirchner indicó que “esos indignados que eran reproducidos por la televisión no estaban enojados con la política”, sino que en realidad “recibían millones de pesos para hacer eso”.
En apoyo a esa visión, la vicepresidenta señaló que a uno de los detenidos por el intento de magnicidio en su contra, precisamente a Leonardo Sosa, “se le encontró US$50 mil al hacer el allanamiento”, por lo que pidió “cortar con lo de los indignados rentados”.
“No va más esta mentira en la República Argentina” finalizó Fernández, en su primera aparición pública tras el ataque que sufrió el primero de septiembre pasado, cuando Fernando Sabag Montiel, mezclado entre sus simpatizantes, le gatilló con una pistola calibre 32 a centímetros de su cabeza.
La causa que investiga el intento de atentado está en manos de la jueza María Eugenia Capuchetti, y tanto Sabag Montiel como su novia Brenda Uliarte, permanecen detenidos y procesados por "homicidio agravado en grado de tentativa".