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Miércoles 23 de Abril, Neuquén, Argentina
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Cuán rica llegó a ser Argentina con la "constitución de Alberdi"

Según Milei, Argentina entró al siglo XX siendo el país más rico del mundo. ¿Qué tan cierta es esta afirmación?
Jueves, 19 de octubre de 2023 a las 15:59

"La Argentina arrancó el siglo XX siendo el país más rico del mundo, y hoy tiene 40% de pobres y 10% de indigentes". Esta declaración, recurrente a lo largo de la campaña presidencial por parte del economista "libertario" Javier Milei, quien encabeza las preferencias en las encuestas de cara a las elecciones de este próximo domingo, refleja un concepto arraigado en la psique de los argentinos: la idea de que, a pesar de décadas de recurrentes crisis económicas, Argentina fue alguna vez una potencia económica. 

Diversos apelativos evocan aquel épico periodo de prosperidad en la historia argentina. El más renombrado de todos es "el granero del mundo", aludiendo al robusto modelo de exportación agrícola que catapultó al país hacia la riqueza un siglo atrás, y que en la actualidad sigue siendo el pilar fundamental de su economía.

Otro sobrenombre emblemático es "la París de Sudamérica", en referencia a la espléndida arquitectura de estilo europeo que caracteriza a Buenos Aires, aunque hoy contrasta fuertemente con la dura realidad de un país en el que el 56% de los niños vive en la pobreza.

Buenos Aires, "la París de Sudamérica"

Estas nostálgicas expresiones son reminiscencias de una época de esplendor que numerosos ciudadanos reverencian, y que algunos líderes políticos, como Javier Milei, se comprometen a resucitar.

"Argentina puede volver a ser una potencia mundial", dice una y otra vez el economista liberal de la escuela austríaca.

"Si aplicamos todas las reformas promercado, en los primeros 15 años nos podríamos parecer a Italia o Francia; en 20 años a Alemania; en 35 a Estados Unidos", asegura, haciendo referencia a algunos de los países con los que la nación sudamericana se codeaba a principios del siglo XX. 

No es la primera vez que un candidato genera expectativas en los electores al prometer un retorno a ese periodo de prosperidad pasado.

El granero del mundo

El ex presidente Mauricio Macri (2015-2019), cuyo partido está siendo representado en estos comicios por Patricia Bullrich, planteó en su momento la idea de transformar a Argentina en una 'nueva Australia'. Este país, en la primera mitad del siglo XX, tuvo una trayectoria económica similar a la de Argentina, pero logró perseverar en el camino del progreso, una visión que muchos argentinos consideran un modelo a seguir para su propia nación.

Pero ¿fue realmente Argentina el país más rico del mundo?

Y ¿cómo pasó de estar entre las naciones más acaudaladas a ser uno de países con mayor inflación del planeta?

¿El más rico del mundo? 

Evaluar la prosperidad relativa entre naciones no es una tarea fácil, no obstante, la mayoría de los especialistas concuerda en que la forma más precisa de llevar a cabo este análisis es con la medición del Producto Interno Bruto por habitante (PIB per cápita o PIB).

Dado que la medición oficial del Producto Interno Bruto (PIB) en países periféricos, como Argentina, comenzó a realizarse recién a mediados del siglo XX, es importante abordar con precaución los datos anteriores a este período.

Julio Argentino Roca (al medio), presidente en "la época dorada". 1904

Sin embargo, economistas de diversas escuelas coinciden en que la fuente más fiable es la base de datos del Proyecto Maddison, la cual utiliza una variedad de estadísticas económicas históricas para estimar el Producto Interno Bruto per cápita (PIB) desde los albores de la civilización.

En el año 2018, esta serie estadística, concebida por el economista británico Angus Maddison y posteriormente mantenida por la Universidad de Groninga en los Países Bajos, calculó que Argentina ocupó el puesto de la nación más próspera del mundo en el año 1896. Además, señaló que el país continuó figurando entre las naciones más opulentas durante las primeras décadas del siglo XX.

El modelo agroexportador

Pero la metodología empleada recibió críticas por parte de numerosos historiadores económicos, lo que condujo a la publicación de una nueva serie estadística en 2020 que despojó a Argentina de su posición número 1, relegándola al sexto lugar en el ranking de 1896.

Sin embargo, esta edición, que sigue siendo la más reciente, ratifica que Argentina inició el siglo XX como una de las naciones más prósperas del mundo, situándose en el 'top 10' de naciones acaudaladas antes del estallido de la Primera Guerra Mundial en 1914. A lo largo del tiempo, Argentina experimentó una disminución en su posición, llegando al puesto 66 en la actualidad.

¿Cuán rica llegó a ser Argentina?

En el año 1913, antes del estallido de la Gran Guerra, la estimación del Producto Interno Bruto per cápita argentino ascendía a USD 6.052 (a precios ajustados al dólar de 2011), según los cálculos del Proyecto Maddison.

Aunque esta cifra era inferior al Producto Interno Bruto per cápita de Estados Unidos (USD 10.108), Reino Unido (USD 8.212) y Australia (USD 8.220), Argentina superaba con creces a su excolonizador, España (USD 3.067), del que se había independizado casi un siglo atrás.

Además, Argentina también superaba en términos de PIB per cápita a naciones europeas como Alemania (USD 5.815), Francia (USD 5.555) e Italia (USD 4.057), entre otras

Argentina no solo superaba significativamente en ingresos a países asiáticos que actualmente lideran la economía, como China (USD 985) y Japón (USD 2.431), sino que también destacaba en comparación con sus vecinos y otras naciones latinoamericanas, como Uruguay (USD 4.838), Chile (USD 4.836), México (USD 2.004) y Brasil (USD 1.046).

Entonces, surge la pregunta: ¿cuándo comenzó Argentina a perder su posición privilegiada en el contexto global y cuáles fueron las razones detrás de este cambio?

"100 años de decadencia"

Si observamos la evolución del Producto Interno Bruto por habitante a nivel global a lo largo del último siglo, es evidente que la posición de Argentina en el ranking mundial experimentó un descenso constante durante los últimos cien años. En otras palabras, aunque la prosperidad de todos los países, incluyendo Argentina, fue en aumento con el tiempo, la nación comenzó el siglo XX con ingresos propios de un país rico y gradualmente cayó en la clasificación internacional.

Este fenómeno, conocido como "los 100 años de decadencia argentina", es considerado un caso único en el que un país pasó de ser desarrollado a encontrarse en vías de desarrollo. Muchos lo utilizan como ejemplo de lecciones a no seguir, e incluso la prestigiosa revista económica británica The Economist, en 2014, publicó un artículo de portada titulado "La parábola de Argentina", donde explicaba "lo que otros países pueden aprender de un siglo de declive".

El artículo apuntaba claramente a un culpable por esta disminución: el peronismo, el movimiento político fundado por Juan Domingo Perón y su esposa, Eva Duarte ("Evita"), que dominó la escena política argentina desde 1946. Según la revista de tendencia conservadora, el peronismo fue responsable de "una sucesión de líderes populistas económicamente inexpertos" que llevaron a Argentina "al colapso económico". 

Esta perspectiva es ampliamente difundida entre los sectores liberales de Argentina. Entonces, surge la pregunta: ¿es esto cierto?

El peronismo

El economista Fausto Spotorno, vicepresidente de la Fundación Norte y Sur, una entidad dedicada a cuestiones de desarrollo, compiló datos económicos de Argentina desde su independencia en 1810 hasta el año 2018. Según Spotorno, "los datos reflejan que el crecimiento económico de Argentina comenzó a desacelerarse a partir de 1930", cuando el país se enfrentó a una doble adversidad: los efectos de la crisis internacional, marcada por el colapso de la bolsa de Wall Street, y su primer golpe de Estado militar", que derrocó a Hipólito Yrigoyen antes de finalizar su segundo mandato presidencial. 

El golpe que destituyó a Yrigoyen (1930)

Sin embargo, Spotorno destacó que "es evidente en las cifras que la situación se complicó a partir del peronismo". 

"Argentina se asemejó a una economía desarrollada en términos de nivel de vida, ingreso per cápita y tasa de crecimiento hasta 1946", puntualizó. Es decir, hasta la llegada de Perón.

"Este fue el punto de partida de lo que sería un problema crónico en Argentina: la inflación", explicó Fausto Spotorno, refiriéndose al desafío más duradero que enfrentó nuestro país.

Aunque Argentina ya había experimentado aumentos en los precios en el pasado, a partir de ese momento, la inflación superó el 20% por primera vez. ¿La razón detrás de este aumento? "El gasto público aumentó considerablemente", señaló el economista. "Argentina pasó de un gasto público que representaba el 8,5% del Producto Interno Bruto (PIB) a un 12% en la segunda mitad de la década de 1940".

Perón y Evita durante la asunción de él (1946)

Spotorno también destacó que muchos de los problemas que enfrentó Perón habían surgido antes de su mandato y se agravaron debido al contexto internacional desfavorable que trajo consigo la Segunda Guerra Mundial (1939-1945). Los países europeos a los que Argentina exportaba su producción agrícola restringieron los pagos, y el país, que había mantenido superávit primario durante décadas (lo que significa que tenía más ingresos que gastos), comenzó a experimentar déficit en la década de 1940.

El experto explicó que este déficit no podía resolverse con financiamiento externo, en parte debido a la situación creada por la guerra. Sin embargo, estas limitaciones no detuvieron a Perón, quien, a pesar del contexto desafiante, aumentó significativamente el gasto social.

"Argentina aumentó sus gastos sin tener la capacidad de financiarlos", subrayó Spotorno. "Perón nacionalizó el Banco Central para emitir dinero, lo que provocó un aumento desenfrenado de la inflación".

Este problema, gastar más de lo que se tenía, "se exacerbó con cada gobierno subsiguiente", explicó el economista. Y la respuesta común, ya sea mediante la emisión de más dinero o la búsqueda de mayor endeudamiento, fue lo que condujo a que Argentina se convirtiera en uno de los países con una de las tasas de inflación más altas y más episodios de incumplimiento de deuda en todo el mundo.

Los militares

Resulta importante señalar lo que muchos argumentan: es injusto atribuir exclusivamente al peronismo la desviación del rumbo de Argentina. Las potencias con las que el país se relacionaba a principios de siglo se beneficiaron del Plan Marshall, que les permitió recuperarse tras la Segunda Guerra Mundial y retomar su camino hacia el desarrollo. Mientras tanto, Argentina, que había demorado en unirse a la guerra contra Alemania y Japón, quedó excluida de los mercados europeos.

En lo que respecta a la inflación, se recuerda que Perón logró reducirla a menos del 4% antes de ser derrocado por el golpe del 55. Además, después de ese evento, el peronismo fue prohibido por más de 18 años.

El dictador Rafael Videla (derecha) y su ministro de economía, Martínez de Hoz

Académicos, como Eugenio Díaz Bonilla, economista y profesor de la George Washington University, señalaron que si comparamos el camino económico de Argentina con el de Australia, que también enfrentó desafíos internacionales similares y no se benefició del Plan Marshall, podemos notar que el verdadero colapso de Argentina no se produjo con la aparición del peronismo, sino décadas más tarde, con la llegada del último régimen militar, que implementó "políticas neoliberales".

"Si comparamos ambos países tomando como referencia su distancia con respecto al ingreso per cápita de Estados Unidos, notamos que la relación se mantuvo constante desde 1900 hasta 1975. El cambio se produjo con el golpe de 1976", explicó Díaz Bonilla a BBC Mundo tras la controversia desatada por The Economist.

El historiador argentino Ezequiel Adamovsky llegó a una conclusión similar y destacó que "en los treinta años posteriores a 1945, Argentina duplicó su ingreso per cápita y expandió su producto a tasas superiores a las de Estados Unidos, el Reino Unido, Australia o Nueva Zelanda (aunque fue superado por algunos países europeos)", según lo expresó en un artículo de opinión en El Diario AR.

La "junta militar" que tomó el poder en 1976

"Con todos sus desafíos, la economía argentina creció a un ritmo más rápido que las principales potencias occidentales en ese período", subrayó.

"Es recién en 1975 que la economía local experimenta una brusca caída y pierde terreno no solo frente a las naciones más avanzadas, sino prácticamente en comparación con el mundo entero. A partir de 1975, puede decirse que el país enfrentó un declive", escribió en referencia a un período marcado por crisis de hiperinflación.

Un problema de base

Hay un punto en el que analistas de diversas orientaciones coinciden: más allá de las responsabilidades de gobiernos específicos, el problema fundamental que afectó a Argentina es la inestabilidad institucional que condujo a seis golpes de Estado en el siglo XX, y solo este año celebramos por primera vez 40 años ininterrumpidos de democracia.

Una investigación realizada por el profesor de Economía de la Universidad de Ljubljana, Rok Spruk, subrayó que esta debilidad fue evidente desde el principio.

"En comparación con Estados Unidos, Canadá y Australia, Argentina nunca logró completar una transición hacia una democracia plena basada en el estado de derecho", escribió Spruk en un artículo titulado "El ascenso y la caída de Argentina," publicado en 2019 en la Revista de Economía de América Latina.

Alfonsín, símbolo del retorno democrático

"Cuando los militares rompieron formalmente el orden constitucional en 1930, Argentina inició un camino de desarrollo institucional inestable y frecuentes alternancias entre dictadura y democracia".

"En lugar de avanzar hacia un desarrollo institucional sostenido, Argentina experimentó un agitado fraude electoral y una erosión casi completa de su sistema de controles y equilibrios, lo que allanó el camino para la ascensión de líderes populistas".

Según Spotorno, esta inestabilidad democrática llevó a que Argentina perdiera "el atractivo que había disfrutado a finales del siglo XIX y principios del siglo XX".

"Si tenés un golpe de Estado tras otro y se violan las instituciones, es evidente que las inversiones comienzan a debilitarse", afirmó el economista.

En su opinión, Argentina comenzó a declinar "cuando dejaron de respetarse dos elementos fundamentales: las instituciones y la relación básica entre ingresos y gastos del Estado."

"La falta de instituciones permitió a los gobiernos buscar constantemente atajos en lugar de hacer las cosas de manera adecuada, lo que resultó en crisis fiscales recurrentes". 

"El país experimentó un período de orden, desde 1860 hasta 1930, en el que todos trabajaban hacia un objetivo común", resumió. "Después de eso, todo se convirtió en una búsqueda de atajos y un gasto excesivo".

Como un péndulo

Un factor adicional que varios expertos resaltan y que contribuye a comprender las dificultades económicas que enfrentó Argentina en el último siglo es la volatilidad en sus políticas, que oscilan entre extremos en términos de nacionalismo y liberalismo, proteccionismo y libre mercado, ortodoxia e heterodoxia. Este vaivén incesante no solo caracterizó las alternancias en el panorama político, con cambios entre democracias y gobiernos de facto, sino también se manifestó dentro de partidos políticos en el poder.

La crisis del 2001

En 2021, las investigadoras Valeria Arza y Wendy Brau, del Centro de Investigaciones para la Transformación (Cenit), analizaron "el péndulo argentino en números", es decir, cuántas veces se alteró la política económica. Descubrieron que en las seis décadas entre 1955 y 2018 hubo más de 30 cambios de rumbo, de los cuales 16 fueron "cambios radicales". Además, encontraron una evidencia adicional de la falta de continuidad en la política económica argentina: "en promedio, los ministros de economía permanecieron en su cargo durante 13 meses" en ese período.

El bombardeo a Plaza de Mayo que derrocó a Perón

"La característica predominante de la política económica es la oscilación extrema", resumió Adamovsky en la revista Anfibia.

Pocos ejemplos ilustran tan claramente esta característica como las distintas perspectivas sobre el papel del Estado en la economía de los tres candidatos que competirán por el Sillón de Alberdi. Sergio Massa, quien fue el tercer ministro de Economía del gobierno peronista actual, va por la presidencia con la promesa de mantener un Estado fuerte, mientras que Patricia Bullrich se compromete a reducir su tamaño y Javier Milei advierte una serie de reformas estructurales que él mismo denomina como de "primera, segunda y tercera generación".

"La parábola argentina"

 

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