Una maratónica y sorprendente carrera tuvo lugar en una feria de animales de Bangkok donde pusieron a competir a una tortuga con un conejo.
El conejo toma rápidamente ventaja por la rapidez de sus movimientos, mientras la tortuga avanza lenta aunque constantemente. A mitad de recorrido, sin embargo, el mamífero se para y se entretiene observando lo que sucede a su alrededor.
Mientras tanto, la tortuga avanza sin prestar atención a su entorno y adelanta a su rival, que ya no puede recuperar el terreno perdido cuando el competidor teóricamente peor dotado alcanza la meta.