Los mercados especularon con el inicio de la temporada de verano y el micro turismo que se genera los primeros días de junio en los Estados Unidos. La débil demanda de combustible y los valores de inventarios que se publican todos los miércoles generaron que el barril retrocediera en su carrera alcista.
El crudo Brent se mantuvo sin cambios para cerrar a U$S 72,22 luego de tocar los U$S 72,83, el valor más alto desde mayo de 2019. En cambio, el WTI pasó la barrera de los U$S 70 para retroceder solo 9 centavos y cerrar a U$S 69,96 el barril. Un precio que no se registraba desde octubre de 2018.
Para la Administración de Información de Energía (EIA) el consumo de combustible aumentará en 1m,48 millones de bpd frente 1,39 millones de bpd para este año y podría faltar petróleo. Sin embargo, este escenario podría desvanecerse si Estados Unidos levanta las sanciones contra Irán y permite que el petróleo iraní regrese al mercado.
Las sanciones contra Teherán, el aislamiento de Venezuela y la posición de la OPEP de administrar la oferta para mantener un precio conveniente para los países exportadores podrían llevar a un recalentamiento de la economía global.